La calidad de agua que consumen los huancaínos es buena. Las evaluaciones que realizó el último trimestre la Dirección de Salud Ambiental (DESA) así lo confirman. Este panorama es distinto si observamos otras provincias o incluso poblados cercanos fuera de la jurisdicción.
En Jauja y Unión Leticia, en Tarma, se halló cierta cantidad de arsénico en el agua que las personas consumían aún cuando ninguna de estas provincias tiene la presencia de la minería. “Eso ya es natural, es decir proviene de la misma composición de la napa freática ”, explica Basilia Beraún Vásquez, directora ejecutiva de salud ambiental.
SUPERVISIÓN. Ésta se desarrolla cada mes, 12 veces al año, basada en los índices: turbiedad, cloro residual, conductividad, temperatura y color. “En estas no hemos encontrado ningún elemento químico que supere el límite permisible”, señala Vásquez. Sin embargo, el problema está en las Juntas Administradoras de Servicio y Saneamiento (JASS) que no tienen mayor control. Estas son organizaciones que administran el agua en zonas rurales o cuando la municipalidad no quiere intervenir. “Las JASS no tienen un presupuesto, y el tratamiento del agua es deficiente. Mientras se organizan, cobran las cuotas, esto hace que no puedan abastecerse”, dice.
SE NIEGAN. El cloro permite eliminar las bacterias y cuerpos contaminantes que hay en el agua, pero hay personas que se niegan a ello. Sobre todo en centros poblados y pueblos muy alejados. Según la especialista, ellos argumentan de que el cloro le da otro sabor a sus bebidas, que no cocina bien sus alimentos. Ese químico es permisible hasta en 5 gramos por mililitro, según la Organización Mundial de la Salud, pero en Junín se administra entre 0,5 y 1.
EL PROBLEMA. Está claro que los puntos con mayor peligro de enfermedad, debido al mal tratamiento del agua, son donde las JASS ejercen la autoridad. Por ello, la DESA recomienda que en estos lugares puedan tener mayor cuidado en la preservación. “Utilizar tapas sanitarias y cercos para no permitir el ingreso de personas que puedan contaminar”, advierte. Ese es el panorama acuático de la región.
EL CLORO. El cloro es el elemento químico más barato que se puede utilizar para purificar el agua. Por ello es el más utilizado. No es dañino si es bien administrado
FISCALIZACIÓN. Habrá mayor supervisión en las zonas más pobres. Basilia Vásquez explica que en el monitoreo del último trimestre están pidiendo llegar a las zonas más pobres como Chongos Alto, Colca, Santo Domingo de Acobamba, Huasicancha, entre otros. Esto, por la necesidad que existe de brindar un mejor servicio y cuidar la salud de las personas.