La frialdad de este asesino puede helarle la sangre a cualquiera. , confesó Marco Arenas Castillo (22) en el cuarto piso de la Dirincri, la tarde del lunes último. Luego de casi seis horas de interrogatorio, con la mirada perdida y las manos aún temblorosas, este acomodado estudiante universitario explicó cómo había acabado con la vida de su madre, Rosa Castillo Gonzales, quien se sometió a una fecundación in vitro para cumplir con el sueño de tener un hijo.

-¿Por qué la mataste? -se oye preguntar a un oficial en el video de la reconstrucción de los hechos.

-Estaba harto de ella -responde, revestido de una total frialdad.

Sin embargo, son otras las interrogantes que se forman en la opinión pública. ¿Cómo así un hijo se ve empujado a arrebatarle la vida a sus progenitores? El catedrático y psicólogo de familia Hugo La Torre opina que uno de los factores se debe "a la relación excesivamente horizontal entre padres e hijos, producto de la denominada educación moderna".

Como se sabe, podría decirse que Marco Arenas Castillo era un joven que lo tenía todo en la vida. Mataba el tiempo viajando por Europa y era cliente vip en los más exclusivos gimnasios de Lima. Pero no se llevaba bien con su madre, cuyo cuerpo inerte terminó bañando en petróleo para desaparecer todo rastro de su delito. La tragedia asomó luego de una acalorada discusión el martes 5, dentro de la casa familiar ubicada en la calle Punta Pejerrey, en la urbanización Sol de la Molina. La víctima le increpó haber robado varios miles de dólares de sus cuentas, además de joyas y otros valiosos recuerdos de familia. Y no era la primera vez.

Marco, según fuentes de la Policía Nacional, habría sustraído más de U$15 mil de cuentas en el Banco de Crédito en septiembre último para irse de viaje a Santiago de Chile con su novia Fernanda Lora Paz (18), con quien mantiene relación desde diciembre del año pasado.

-La maté por dinero -dijo en su declaración.

Según fuentes policiales, el asesino abandonó la carrera de marketing meses atrás para dedicarse, a tiempo completo, a malgastar el dinero que sustraía sistemáticamente de las cuentas de su madre. Si bien fue la confesión de su pareja la que cerró el cerco en su contra, las autoridades no descartan la manipulación y coautoría del crimen por parte de su joven pareja. El abogado penalista Luis Tudela Varela opina en ese sentido: "Resulta evidente la coparticipación de la novia".

"Usualmente lo que ocurre con las familias 'bien' es que en vez de tiempo y cariño, (los padres) muchas veces reemplazan su ausencia con dinero", explica el psicólogo La Torre. "Así, empiezan a ver a sus padres como objetos descartables, únicamente como fuentes de dinero, como si fuesen cajeros automáticos, obteniendo el amor que necesitan de los amigos. Estos, en muchos casos, resultan siendo malas influencias", enfatiza.

La Policía sospecha que más allá de las responsabilidades asumidas, Fernanda Lora fue un factor determinante en el desenlace de esta historia de horror familiar.

A SANGRE FRÍA. Sin embargo, este caso no es insólito en la crónica roja local. Últimamente el país se ha visto remecido en más de una oportunidad con sonados casos de parricidio. Uno de ellos, de evidente móvil económico, fue el que protagonizó la joven Elizabeth Espino Vásquez, 'Elita', hija del conocido magistrado Alejandro Espino Vázquez, condenada por el Poder Judicial a 30 años de cárcel por el cruel asesinato de su madre, la abogada y contadora Elizabeth Vásquez Marín en enero de 2010.

'Elita' fue sindicada como autora intelectual del crimen en el que también participó activamente su joven enamorado y otro cómplice. Al igual que Arenas, ella lo tenía todo. Había estudiado en prestigiosos colegios e iba a heredar un cuantioso capital inmobiliario. No había razones que explicaran un crimen como ese. Sin embargo, cegada por la codicia orquestó el asesinato.

Otro caso que también ocupó las primeras planas, aunque sin un móvil económico, fue el de la joven poeta Giuliana Llamoja. Presa del odio, esta asesinó a su madre, María del Carmen Hilares, de 65 puñaladas la madrugada del 27 de marzo de 2005. Giuliana tenía 18 años cuando ocurrieron los hechos. Paradójicamente, su padre también era un magistrado, el otrora juez Luis Llamoja Flores, quien permaneció a su lado durante el largo proceso. La joven fue condenada a 20 años de prisión. Según la resolución judicial, ella y su madre tenían "una relación tirante y llena de rivalidades".

Pasada la tormenta, Giuliana Llamoja goza hoy de libertad dado que se acogió a beneficios penitenciario y salió de prisión tras purgar ocho años de cárcel.

BALAS Y LENTEJUELAS. Días atrás se supo de una historia que también pudo haber terminado en un crimen, esta vez el objetivo era otro empresario, Aldo Castagnola Giuffra (61), propietario del célebre 'nightclub' Las Suites de Barranco. Su hijo, el chef Aldo Felipe Castagnola Bejarano (33), junto a su madre María Beatriz Bejarano Tasso, habían planeado asesinarlo con la ayuda de un sicario. Según la Policía, madre e hijo habían desembolsado S/.50 mil para eliminar a Castagnola Giuffra y heredar su patrimonio.

Más de un experto consultado para esta nota coincide en que el principal móvil de un parricidio consiste en las expectativas económicas de los involucrados. Para el abogado Luis Tudela, "los agraviantes suelen crear falsas expectativas y se creen poseedores de una herencia cuando la potencial víctima ni siquiera ha fallecido". Y agrega: "Parece ser que el trabajo realizado por los padres durante toda su vida fuera una expectativa de estos hijos, como un derecho adquirido".

Tudela considera además que los valores han quedado relegados en la vida moderna, empezando por el hogar y los centros educativos. En ese punto el doctor La Torre coincide y de ahí que alerte a los padres en el sentido de que durante la pubertad los jóvenes generan ideas propias, muestran oposición y una actitud más beligerante. "Si no se establecen bien los cimientos de una familia a través de una relación de respeto durante esta etapa, tenderán a menospreciar y burlarse de sus padres. Llevando esto al extremo, se podrían encontrar hasta con la muerte", enfatiza. Tiempos modernos, tiempos violentos.

Esta nota fue publicada en la edición 134 de la revista , que sale a la venta hoy a nivel nacional.

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