Luego del hallazgo del cadáver de la tripulante cusqueña del encallado Costa Concordia, Erika Soria, sus familiares se muestran más tranquilos y sosegados, luego de la larga brega que les tocó vivir desde la desaparición de la menor de los Soria en las lejanas aguas de la isla de Giglio en Italia.
"Era muy alegre y la vamos a recordar así, bailarina, amiguera, espontánea, llena de vida y de sueños", relata Jimmy Soria, hermano mayor de Erika.
En otro momento, el joven cita agradecer a Dios por el hallazgo del cadáver de su hermana, que aunque ya no está con ellos, señala que le darán una cristiana sepultura en su tierra natal Cusco.
La repatriación de los restos mortales de nuestra compatriota aún no tiene fecha ni hora. En ese sentido, la familia Soria Molina pidió a las autoridades agilizar los trámites en el consulado para que en un plazo no mayor a cinco días lloegue a la Ciudad Imperial.
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