Con una visita a las bases contraterroristas de Alto Anapati y Valle Esmeralda (Junín), los ministros de Defensa, Jorge Chávez; e Interior, César Gentille, iniciaron este viernes una reunión de coordinación junto a altos mandos de las Fuerzas Armadas y la Policía, a fin de reforzar el trabajo conjunto contra el terrorismo y el narcotráfico en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Se trató de la Primera Reunión de Comando Integrado Militar Policial en el VRAEM, llevada a cabo en el Fuerte Pichari (Cusco), sede del Comando Especial VRAEM, en que se buscó reafirmar y dejar órdenes muy precisas a los mandos operativos de las Fuerzas Armadas y de la Policía, en el sentido de que el trabajo contra los rezagos terroristas y toda la cadena de producción, elaboración y venta de droga, es conjunto.
“El trabajo integrado es la única manera para tener éxito en el VRAEM, uniendo la efectiva inteligencia de nuestra Policía y la gran capacidad operativa de las Fuerzas Armadas contra el terrorismo y el narcotráfico”, dijo el ministro de Defensa Jorge Chávez, quien precisó que la visita junto a su colega Gentille servirá para articular y fomentar entre los mandos medios la importancia de la labor conjunta.
Durante el viaje de trabajo de dos días en el VRAEM, también estuvieron presentes el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general EP César Astudillo; y el inspector general de la Policía Nacional y número tres de su institución, el teniente general PNP Herly Rojas, en representación de su comandante general, quien se encuentra hospitalizado desde hace algunas semanas tras haber sido contagiado de COVID-19.
Una fuente de Correo precisó que si bien desde hace tiempo se viene operando de manera conjunto en el VRAEM, la idea la reunión del último fin de semana es reforzar la metodología entre los mandos medios, especialmente luego de los cambios radicales ocurridos en los últimos meses en la cúpula de la Policía Nacional. “Los jefes pueden haber cambiado, pero las directivas que nos conducirán a pacificar esta zona se mantienen”, dijo.
HOJA DE COCA. En la base de Alto Anapati, los ministros supervisaron la labor que allí se realiza, especialmente contra el primer eslabón de la cadena del narcotráfico, debido a que desde esta instalación se brinda seguridad al campamento del Proyecto Especial de Control y Reducción de Cultivos Ilegales en el Alto Huallaga (Corah), que el año pasado erradicó más de 22 mil hectáreas de hoja de coca ilegal en 5 regiones.
Este año el trabajo se ha visto interrumpido por la pandemia, debido a que las fuerzas militares y policiales que dan seguridad a estas labores, han estado dedicadas a dar apoyo a la población. Sin embargo, se espera que en los próximos meses se reinicie el trabajo de erradicación manual de las plantas y sus hojas que más tarde van a parar a las pozas de maceración destinadas a la producción del clorhidrato de cocaína.
SENDERO. Más al sur, en Valle Esmeralda, el trabajo de los militares está más centrado en enfrentar al narcoterrorismo. Al frente de esta base construida en la parte alta de una montaña a la que se llega tras 30 minutos de vuelo en helicóptero desde el aeródromo de Mazamari, se encuentra el distrito de Vizcatán del Ene, una de las dos zonas donde las columnas de los Quispe Palomino se mantienen activas.
La otra “zona caliente”, como llaman los militares a los sectores por donde se movilizan las columnas de los residuos del terrorismo es en el distrito de Canayre, en la provincia de Huanta, al norte de la región Ayacucho. En este último punto se han desarrollado varias de las acciones de las fuerzas mixtas de las FF.AA. y la PNP que operan desde el Fuerte Pichari.