"Con el trino de mi guitarra un verso te voy hacer, china ingrata...". Así, con sabor a jarana y chispa inconfundible, Oscar Avilés ingresó al Casino Internacional de Huancayo. Un abrazo desbordante de afecto selló el reencuentro con Carlos 'Peluca' Belaunde.
Tras sus célebres actuaciones en la Ciudad Incontrastable el consagrado artista se daba tiempo para concurrir al segundo piso del local ubicado en la esquina de las calles Real y Cusco, donde su amigo del alma era el administrador.
Allí se armaban las tertulias, donde Oscar Avilés demostró ser toda una enciclopedia de la música peruana. Claro, hablaba la voz autorizada que con la guitarra revolucionó el vals al sacarlo del 'tundete'. Impuso un estilo que le dio al cancionero criollo jerarquía internacional.
Por ello su nombre figura en el libro de oro del criollismo. La Primera Guitarra del Perú, ayer, hoy y siempre, con innumerables reconocimientos a su talento; nombrado Patrimonio Artístico de América por la OEA en 1987.
Dialogaba pulsando su guitarra y cantaba; así escuché por vez primera las notas de los valses: Aurora, Perjura, Ocarinas, Esdrújulas, el vals de Cucuneo, pero me impresionó temas como Fin del bohemio, Humo vano y Alejandro Villanueva.
Nació en el Callao, pero luego se trasladó al jirón Huascarán, en La Victoria, el barrio de toda su vida; narró que allí conoció a Carlitos "Peluca" Belaunde con quien en plena adolescencia recorrió los lugares más criollos de Lima.
La bohemia más intensa la vivió con 'Peluca' en la bodega de Domingo Giufra, donde conoció a Humberto Cervantes, el popular ¡Oiga!, quien había retornado de Buenos Aires.
Puso especial énfasis en la evolución de la música criolla, en los estilos de ejecución de la guitarra, exaltando a Ricardo 'Curro' Carrera, Víctor Campos y Ángel Monteverde, quienes dejaron escuela.
Se proclamó hincha del Atlético Chalaco pero siempre compartía anécdotas con los jugadores del Alianza Lima en el Giufra de Manco Cápac y 28 de Julio, donde acompañó y cantó con los hermanos Víctor, Alberto y Alfredo Leturia. "No me gusta el cebiche", decía.
LARGA TRAYECTORIA. Una noche en el Casino Internacional pulsó la guitarra y evocó haber integrado el trío Los Morochucos en dos etapas, la primera del 47 al 52 y la otra del 62 al 72. Asimismo, con Alejandro Cortez y Augusto Egoaguirre actuaron en el cine mexicano.
Seguidamente hizo la introducción del vals "Cuando llora mi guitarra" de Augusto Polo Campos para explicar que ese tema rompió todos los récords de venta.
Luego con la introducción del vals "Juanita" reveló que Pablo Casas Padilla dedicó esta composición a su madre, subrayando muy emocionado los éxitos del conjunto Fiesta Criolla que debutó en 1956 en Radio El Sol. Todo un acontecimiento.
Las últimas visitas a Huancayo los hizo en sociedad con Arturo "Zambo" Cavero, ofrecieron actuaciones espectaculares en el Cine Mantaro.
DEJA HUELLAS EN HUANCAYO. "El primer tema que grabé con el "Zambo" Cavero fue "Tu perdición", luego "Cada domingo a las doce" que nos consagró, llevándonos a preferencia popular. Además, fuimos los acompañantes de la selección peruana de fútbol en la década de los 70, el vals "Contigo Perú" era el motivador", puntualizó.
Oscar Avilés Arcos se inmortalizó; vive en el corazón de los peruanos. Hoy lo recordamos con alegría, respeto y admiración. Con su arte y conocimiento dejó huellas en el Casino Internacional de Huancayo. Gracias a "Peluca" por las invitaciones. Qué de Dios gocen.