"Denota ser una persona fría y calculadora, es agresiva y manipuladora con aquellos individuos que ve vulnerables, le cuesta tener sentimientos de culpa al dañar a alguien". Este es parte del resultado del perfil sicológico practicado a Isabel Mirella Tello Chanduví (31), la filicida que no sólo acabó con la vida de su niña de apenas 9 años sino que hasta la ultrajó sexualmente.
El dictamen pericial que se le practicó en la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) refiere que "al vivir en un hogar carente de afecto, donde no hay preocupación por los sentimientos de los demás y por la integridad física y sicológica, la evaluada muestra una fuerte agresividad y frialdad emocional con las actividades que realiza, dañando a terceros sin mostrar arrepentimiento".
En el documento, presentado por el programa Domingo al Día, se describe además a la asesina como una mujer "con rasgos de impulsividad, fantasías sexuales que inducen en la práctica a comportamientos sadomasoquistas...refleja carencia de remordimiento y marcado cinismo".
El examen sicológico concluye en que la homicida "es una persona con rasgos de personalidad sicopática, emocionalmente fría, con escasa capacidad de empatía y despreocupación de los sentimientos de los demás".
Sin embargo, los médicos aclaran que Isabel Tello "no evidencia indicadores de trastorno sicopatológico o déficit cognitivo que le impidan percibir o evaluar la realidad. Denota un nivel de eficiencia intelectual de normal promedio".
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El perfil de una filicida
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