OLGA MUÑOZ
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Dicen que cuando la vida de un primogénito se encuentra en peligro, un padre hace todo lo posible para salvarlo. Es más, mucho se habla de los padres que se van, de los hombres que maltratan a sus mujeres y se olvidan de la educación y sustento de la familia; sin embargo, a veces se oye menos de aquellos hombres que se dedican enteramente a sus hijos y que de un modo u otro renuncian a sus propios ideales, incluso pasan por alto sus propias necesidades y hasta pueden dar su vida por los seres queridos que procreó.
Este es el caso de Germán Santos (55), natural de Huancavelica, quien próximo a celebrar el Día del Padre aspira tener el mejor regalo en esta fecha: que su hijo Demetrio (31) siga viviendo y se recupere de la operación a la que le practiraron, para la cual donó uno de sus riñones.
Germán cuenta que hace 6 años perdió a su esposa, a quien adoraba, y tuvo que soportar otro golpe al ver a su hijo atado a una máquina de hemodiálisis tres veces por semana, lo cual le impedía trabajar y a diario se sentía enfermo con mareos y naúseas.
"No dudé en viajar desde mi tierra natal para donarle mi riñón, acto que lo realice con profundo amor y sin pensarlo dos veces", dijo a Correo.
Demetrio Santos Surco de 31 años, es el tercer hijo de nueve hermanos, único sostén de su esposa Dora y su pequeña Bitt, quien contó: "me sentía enfermo, estaba pálido, ya no podía trabajar, tenía que ir todos los días al hospital para la hemodiálisis, eso era una tortura para mí, ahora me siento muy bien y con ganas de salir adelante".
Muy emocionado continuó: "doy gracias a Dios y a mi padre por haberme donado su riñón, le pido por favor que se quede a vivir con nosotros en Huayucachi, estoy ansioso de regresar a trabajar para sacar adelante a mi hijita Brit. Agradezco a los médicos de Essalud por esta exitosa operación.
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