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Los vecinos de La Balanza, , sobre las laderas de los cerros y muy cerca del cielo, sueñan con convertir su entorno en barrios culturales de forma perenne para que las futuras generaciones puedan alimentarse y trasmitir diversas manifestaciones del arte.

Este pueblo joven, ubicado a la altura del km 11 de la avenida Túpac Amaru, es desde hace 15 años escenario del Festival Internacional de Teatro en Calles Abiertas (Fiteca), evento gratuito desarrollado por organizaciones culturales en las que participan más de 500 artistas en escena.

La pintura, música, poesía, teatro, el circo, la danza y otras expresiones como la gastronomía, escultura, fotografía y el video tienen lugar en un gran escenario que se arma para este evento: la cancha de fulbito del parque Tahuantisuyo.

Así lo describe con un brillo en los ojos Jorge Rodríguez, miembro del comité organizador del Fiteca.

voces geniales. En esta celebración del arte participan todos: los vecinos declaman poemas, las cocineras del comedor popular actúan, los hijos se desplazan disfrazados en zancos y haciendo malabares. La Balanza es un barrio creativo.

En el marco de esta fiesta que toma las calles de La Balanza en el mes de mayo, nacieron “Fitekantropus: proyecto urbano estratégico integral de los barrios culturales” y “La casa de los muñecones”.

Estas iniciativas, una de ellas nace en 2007, buscan extender esta celebración en tiempo y espacio. Que no sea solo en esa losa ni en esa semana. Se anhela más: un barrio cultural como proyecto integral sostenido a lo largo de cada año, cuyo momento de celebración cumbre sea esa semana y su símbolo, esa losa llena de gente que viste de todos los colores.

Premiados. Ambos proyectos empataron en el segundo lugar en el IV Concurso de Desarrollo Urbano e Inclusión Social 2015 que impulsó el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), a fin de apoyar iniciativas en ciudades latinoamericanas que buscan mejorar la calidad de vida de sus comunidades.

El jurado resaltó el valor que tienen ambos proyectos para crear cohesión social y la reducción de la conflictividad, ya que gracias al desarrollo del arte y la cultura se han disminuido los índices de drogadicción, pandillaje y delincuencia en ese sector de Comas.

Asimismo, se incrementaron los valores ciudadanos y el orgullo de pertenencia al barrio de La Balanza, que alberga unos 5200 habitantes, de los cuales el 53% tiene entre 1 y 29 años.

Cambiar al barrio. Desde 2007, el colectivo Citio se suma al Fiteca y plantea, junto a artistas y vecinos, el proyecto Fitekantropus.

“Cuando éramos estudiantes de la UNI nos invitaron a conocer el Fiteca. Conversando con los pobladores, encontramos que habían potencialidades para trabajar en el espacio”, dice el arquitecto Javier Vera , director de Citio.

Entonces, comenzó a formarse la idea de un barrio cultural a través de dos ejes.

El primero, la construcción del Paseo de la Cultura Fiteca. Este espacio, que busca conectar peatonalmente al colegio con el parque Tahuantinsuyo, se concibió como un lugar de juego para la imaginación, la memoria y el encuentro.

El proyecto abarca las cuadras 24 a 27 de la avenida Puno para crear un espacio-soporte a fin de que los vecinos lo apropien libremente, interviniéndolo.

Pero empezada la construcción, problemas burocráticos causaron el abandono del proceso. Un programa armado y aprobado por todos, que el mismo presidente Ollanta Humala presentó en esa losa, al pie de ese cerro, quedó paralizado.

El segundo es la reconstrucción y mejora del comedor popular San Martín, el cual, hace 30 años, era una infraestructura de un solo nivel que no estaba acondicionada para recibir comensales.

Ahora es un local comunal que alberga al mismo comedor, pero cuyo segundo piso está listo para contar, en una segunda etapa del proyecto, con una biblioteca y una sala de usos múltiples.

“Se creó un biohuerto y empleamos material reciclado como accesorios de refrigeradora, hornillas de cocinas viejas para crear unas rejas”, señala con emoción Celia Solís, coordinadora del comedor popular San Martín.

Escuela cultural. El colectivo Informal impulsa “La Casa de los Muñecones”, iniciativa que busca reconstruir un espacio de cultura para la asociación “La Gran Marcha de los Muñecones” (LGMM) que organiza anualmente el Fiteca.

Este grupo brinda una escuela para compartir experiencias y enseñar lo aprendido en el campo de lo artístico a niños, jóvenes y vecinos, donde se brinda herramientas de sensibilidad, integración, desinhibición y creatividad.

Además, ofrecen un laboratorio actoral para los jóvenes que se quieren dedicar profesionalmente al teatro.

LGMM tiene un nuevo sueño. Anhela culminar un espacio de trabajo, que año tras año se ha construido mano a mano con los vecinos, con el fin de llevar arte y cultura al barrio.

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