La Virgen María lo vio a lo lejos, desesperada e impotente corrió hacia él para ayudarlo. De pronto se detuvo y, sin poder contener el dolor empozado en su corazón, lo dejó partir hacia el Calvario. Su hijo debía morir por el perdón de los pecados del hombre.

Este emotivo episodio bíblico se volvió a repetir ayer en las calles de la ciudad de Huancayo. Los espectadores parecíamos estar sufriendo en carne propia el reencuentro de Jesús y su madre, como si la historia se repitiera una vez más.

Cientos de cristianos fueron testigos de esta cautivadora representación religiosa, durante el recorrido procesional de Jesús Nazareno y la Virgen Dolorosa. Todos los seguidores acompañaron el encuentro con cánticos y aleluyas.

El recorrido procesional, empezó al promediar las 16:00 horas, luego de una misa oficiada en la iglesia de Pichcus, desde donde partió la Virgen en compañía de sus devotos.

Simultáneamente se celebraba la eucaristía en la iglesia La Inmaculada, que dio lugar a la salida de Jesús Nazareno para recorrer las calles de la ciudad y derramar su bendición. Ambas imágenes se encontraron en la calle Real.

Los seguidores cristianos que fueron testigos de esta emotiva representación, señalaron que esta escena bíblica deja una gran enseñanza de amor por el prójimo, de ayuda incondicional ante cualquier adversidad.