Un amerizaje en el mar, un accidente aéreo o quedarse aislado durante la ejecución de una misión o ejercicio militar, son situaciones probables en la vida de cualquier miembro de las Fuerzas Armadas de Perú. Por tanto, la supervivencia es un requisito fundamental para un soldado.
Sin embargo, ¿te has puesto a pensar que ocurriría si nos vemos implicados como civiles en una situación semejante?. En ese sentido, un grupo de periodistas se vio en la tarea de vivir en plena selva este panorama que duró tres días como parte del segundo curso de "Corresponsales de Defensa Iquitos 2015" en el marco del 38° Aniversario del Día de las Fuerzas Armadas.
DISCIPLINA
Con una temperatura de más de 30 grados centígrados llegamos al Batallón de Ingeniería Combate Selva N°5 conocido como el Fuerte Las Palmeras en Iquitos (Loreto), donde al ritmo del toque de diana se aprendió cuán importante es el entrenamiento, la preparación física y sobre todo la disciplina.
Entre las actividades cotidianas de un soldado está la de ejecutar los pasos para tender una cama por decir a la “perfección” y el mantenimiento de cuadra (limpieza de cuartos y baños) ya que a diferencia de un civil estas acciones se basan en el orden y la rapidez.
Luego nos preparamos para el ejercicio físico que contempla diez rutinas (carreras de 2 kilómetros y medio, abdominales, planchas, lagartijas, etc.) que algunos días es acompañado portando un armamento, en este caso un fusil.
Pero no todo es acatar ya que dentro de esta rutina diaria llamada progresión en lenguaje militar existen espacios de integración, entre ellos la hora del “rancho” (comida), aquel momento que te permite degustar el cargado desayuno, almuerzo y cena.
“Me adapté rápidamente porque me gusta, entré por vocación, y es una buena experiencia, muy bonita en mi vida que te permite hasta viajar”, cuenta Leslie Palacín Pérez, teniente de Ingeniería del Ejército del Perú.
Ella llegó en diciembre de 2014 y ahora cumplirá en diciembre dos años en este cuartel dirigiendo a solo hombres. “Al principio fue difícil, porque te ven como mujer y como que te silban, pero tienes que ser de carácter fuerte para hacerte respetar y eso logré”, agrega.
Palacín tiene como especialidad la lectura de cartas, una función que se opera en servicio de patrullas ya que habrá momentos en que un soldado o un grupo de ellos estarán completamente perdidos y entonces solamente la carta los ayudará a no extraviarse.
La instrucción en este lugar conformado por cerca 70 personas (entre oficiales, técnicos, suboficiales y personal de tropa) también se aprendió el uso de armas, el manejo de equipos de comunicación, los tipos de hacer nudos y primeros auxilios.
SOBREVIVENCIA
El segundo día llegamos a la Comandancia General de Operaciones de la Amazonía y Quinta Zona Naval de la Marina de Guerra del Perú conocida como Estación Naval Teniente Clavero, allí emrumbamos hacia la travesía al interior de la selva para la cual fuimos provistos de un equipo especial conformado por una mochila que contenía bolsa de dormir, el “rancho” para el día, una colchoneta, cantimploras; además del caso y un machete.
La condiciones climáticas de aumento de temperatura acompañó la instrucción de supervivencia pues no olvidemos que los soldados pasan días y a varias semanas enteras en la profundidad de la selva y la idea es sobrevivir tomando en cuenta el manejo del aspecto psicológico (pérdida de nervios y mantener una moral elevada), por eso ellos no solo se preparan para disparar y matar sino además deben saber cómo sobrevivir en el terreno más hostil que puede existir.
En esta ocasión todo se vale y durante esta aventura tuvimos que aprender a consumir lo que la naturaleza nos brindaba como frutos (camu-camu, carambola, castaña, etc.), carnes (pescado, el conocido suri hasta el llamado 'roedor selvático'); además de conseguir numerosos materiales como la madera para la construcción refugios que pueden ser de gran uso durante una incesante lluvia.
AYUDA SOCIAL
Un soldado no solo es para la guerra también busca salvar vidas e inclusive ayuda a que el Estado se movilice hacia poblados más alejados.
Siendo la Amazonía la zona menos poblada de nuestro país pues representa más del 50% del territorio, y hoy en día, miles de peruanos de esta zona viajan largas horas por río para recibir atención médica, realizar un trámite o recibir el pago de una pensión.
Para ello, la Marina de Guerra del Perú creó las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS), barcos que atiende a poblaciones a lo largo del Río Napo a través de 5 viajes por año, y que desde el 2013 hasta la fecha han brindado atención a 120 mil personas.
José Velásquez, comandante de la PIA “Río Morona”, detalló que dentro de este buque se movilizan programas de asistencia social (Pensión 65 y Juntos), de educación (centro de aprendizaje) y de salud (cirugía, odontología, obstetricia, laboratorio, oftalmología y telemedicina), además de oficinas del Reniec, del Banco de la Nación y de Devida.
SALVANDO VIDAS DESDE EL AIRE
La última visita a manera de despedida sobrevolamos la ciudad de Iquitos en las aeronaves Twin Otter al Grupo Aéreo N°42 de la Fuerza Aérea.
Este lugar conocido también como Base Aérea de Santa Clara tiene como funciones ejecutar acciones de defensa aérea (vigilancia, búsqueda y salvamento) y transporte aéreo.
“Llevo cinco años trabajando aquí y nunca me he sentido tan útil”, comenta el teniente FAP Douglas Medina, quien contó que en lo que va del año se han realizado 93 evacuaciones aeromédicas y hace unos días logró salvar la vida de una mujer gestante, quien tuvo dificultades al momento de dar a luz y tuvo que ser trasladada a un centro médico a través de una de esta nave.
Finalmente, después de días de convivencia el grupo regresó a Lima con una visión diferente respecto a la labor de los integrantes de las FF.AA., pues también existe una realidad paralela a la guerra en la que se denota la vocación y sobre todo el sacrificio que realizan para servir a nuestro país.