El español Hernán Migoya es uno de los escritores más corrosivos de su país. Odiado, polémico, mil oficios: periodista, guionista de cómics, cineasta, etc. Se acaba de instalar en Lima para pasar una larga temporada. Se siente un exiliado apolítico de su país, cansado de tanta "corrupción" y "fatalismo". Pide disculpas para quienes se sintieron burlados con su trabajo. Lejos de ser una caricatura de sí mismo, presentará en Lima Cómic (que va este sábado 16 y domingo 17 de noviembre) su novela gráfica Plagio, en la que narra el secuestro de su esposa peruana. Contrario a retratar la violencia de esta capital, Migoya asegura que es un canto de amor al caos de la otrora Ciudad de los Reyes.

"Llevo bastantes años yendo y viniendo, pero ahora me apetece estar en Perú. Acá hay una pasión por vivir que es mucho mayor que en España. Allá la autoestima está por los suelos. Me he desengañado mucho de mi país", confiesa Migoya, quien hizo su debut literario en el año 2003 con el libro Todas putas, un conjunto de cuentos que estuvo a punto de censurado y que en Lima fue reeditado por el sello Casatomada.

"Yo me siento un exiliado en el Perú", afirma. "Aunque aquí me siento muy catalán y español. Es el único lugar donde puedo decir que soy español sin que me digan fascista", explica, y asegura que no comparte la moralina 'progre' de su país. "No soy de derecha ni de izquierda, y eso me convierte en el enemigo público número uno de todos. Estoy jodido. Me han vetado el Partido Popular como el Partido Socialista. Mantener la independencia y ser un libreprensador es una mierda en España porque siempre eres incómodo para todos. Destrozo todo y luego veo qué queda en pie. Ser satírico con mi realidad me ha generado muchos problemas y represalias", enfatiza.

VIDA, PASIÓN Y... MUJERES. Para el escritor, su pasión por esta tierra lo está llevando a escribir una novela sobre las mujeres del Perú. Además de publicar, junto al historietista Joan Marín, la novela gráfica Plagio (que ha sido traducida al francés y alemán) pero que, lejos de hablar de la violencia por la que atraviesa la ciudad, es un homenaje para el lugar donde -asegura- ha sido más feliz.

"Plagio es un canto de amor a Lima. De amor y muerte. Pero de amor sobre todo. Es una radiografía de la ciudad donde expreso lo maravillosa y lo letal que puede llegar a ser. Lima es la ciudad donde he sido más feliz en mi vida", asegura.

¿Qué es lo que más te gusta de esta ciudad?

Su intensidad. Que las personas vivan improvisando. Venir de una mentalidad europea, donde todos calculan lo que van a hacer en 40 años, y venir a otra donde nadie sabe a dónde estarás mañana fue un estímulo que me hizo sentir más vivo que nunca.

¿Plagio es una novela autobiográfica?

Es sobre el secuestro de mi mujer. Ella tenía 18 años y duró tres días. Fue muy duro para ella, sobre todo pasar varias horas metida en una maleta. Para recrear lo ocurrido los padres de ella me dieron toda la documentación policial. Muchos se pueden quejar porque narro algo terrible que ocurrió en Lima para hablar de algo malo, pero los propios colombianos hacen series sobre narcos. Hay que asumir lo bueno y lo malo de cada ciudad.

Además de esto, Migoya viene trabajando en un libro en el que hablará sobre la autoestima de la mujer peruana. ¿Qué llamó su atención? "Hay mucho machismo y ellas no se han sentido apreciadas en toda su dimensión. Tienen esta mezcla tan maravillosa de indígena con asiático y española. Me encanta su exotismo. Son muy humildes, no te están coaccionando al hombre -como otras latinoamericanas que son muy conscientes de su belleza- ni chantajean con eso. Aquí me parecen mucho más bellas, equilibradas e inteligentes, aunque me sorprende su poca autoestima. Mi esposa es peruana".

SÁTIRA PERUANA. En nuestro país, Hernán Migoya se hizo popular en el 2010. Junto al periodista Beto Ortiz trabajaron el reportaje "El milagro peruano", en el que Migoya entrevistó a los principales líderes políticos del país. Eran tiempo de campaña electoral y la presidencia de la república era disputada por Ollanta Humala y Keiko Fujimori.

"Solo por el hecho de decir que era periodista español entré al Congreso sin acreditación, entrevisté a Humala y a Keiko. También a Mauricio Mulder en su oficina y a Luciana León en su escaño. Me hice pasar por periodista de Televisión Española, cuando en realidad era un reportero enviado por Enemigos íntimos. Aprovecho para pedir disculpas si en algo les irritó.

Tengo que agradecer que me trataron bien. Esto lo orquestamos con Beto Ortiz. Él es uno de mis amigos en Perú, además de ser un tipo muy valiente y un escritor fabuloso", explica.

Por el momento Migoya intentará difundir su obra e impulsar más la cultura en el Perú. "Es un país donde da gusto aportar tu energía". Harto de escritores vacíos luchará por que su obra perdure, aunque saque roncha: "Estoy harto de escritores superficiales, que dicen: vamos a darle a la sociedad la mentira que quiere leer. Estoy harto de que me mientan como lector. Quiero que mi obra perdure y, para eso, tiene que ser necesariamente incómoda. Deseo que se lea en 200 años y la gente diga: "Hostia, el cabrón tenía razón. ¿Por qué enterraron esto?""

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