Huaico deja a oscuras a Santa Eulalia
Huaico deja a oscuras a Santa Eulalia

La historia se repite trágica y dramáticamente para cientos de familias de Santa Eulalia, en Huarochirí. Cuando todos pensaban que solo Chosica sufría por los huaicos y la avalancha que había bloqueado la Carretera Central el lunes 23, los vecinos de los sectores de Pomaticla y Cashahuacra alzaron su voz para pedir ayuda humanitaria y quejarse por el olvido en que se encuentran.

El huaico. Desde el martes 24, solitos y sin ningún apoyo, ni del municipio de Santa Eulalia porque no tenía recursos, los pobladores de Pomaticla habían empezado a retirar las toneladas de barro y piedras que habían casi sepultado sus viviendas.

Tras visitar las casas de los pobladores Julia Carlos León, Arnaldo Arteaga Arellano y las familias Huamán Huamán, Armas Huamán, Ludeña, Requis y Quispe, comprobamos que lo habían perdido.

Restos de una vivienda prefabricada, colchones con color del barro, libros, cuadernos, peluches, camiones enterrados por el lodo y ropa inservible yacían en medio del lodo.

"“Mi hija Alicia Chambi Carlos (20) y mi nieta Cristel Rementería Carlos (1 año y 9 meses) están internadas en el hospital de Chosica tras sufrir una caída desde el tercer piso cuando huían del huaico”", cuenta Carlos León.

Alicia se ha lastimado la columna y ahora necesita una faja ortopédica y a la nieta le duele todo el cuerpo, agrega.

Mientras los vecinos comparten una olla común compuesta de una humeante avena y pan con tortilla, el conductor Arteaga Arellano agradece a los serenos de Santa Eulalia por haber salvado a su esposa que estaba enterrada en el barro y rescatar a sus tres hijos (Mirko, Yendel y Tiago) que se habían salvado, pero que estaban rodeados por un metro y medio de lodo.

SIN LUZ. A cientos de metros de Pomaticla está la quebrada de Cashahuacra, desde donde descendió el inmenso huaico.

Correo llegó hasta el poblado del mismo nombre y comprobó que el huaico socavó el canal hasta una profundidad de 30 metros, mientras el lodo arruinaba decenas de casas y se llevaba los postes de luz. Los afectados Jessica Torres Pérez, Janet Brañez Julca, Edwin Mateo Ocaris, Domitila Quesada Oré y Mayra Baylón Ticse demandaban más apoyo para reconstruir sus casas y que no los olviden.

Mientras recorríamos la zona, llegó el alcalde de Lima, , llevando cajas de agua, cilindros, alimentos, colchones, herramientas y tomando nota de las necesidades de los damnificados.

Muchos vecinos le pedían que visite sus casas para que conozca el daño que había causado el huaico, pero el burgomaestre se fue a los pocos minutos. Así como se habían arremolinado alrededor del alcalde limeño, los pobladores se fueron dispersando para continuar con la limpieza de sus viviendas y otros para tratar de recuperar algunos bienes que podían ser útiles.

Se quedan. Pese a vivir en una zona de huaico, muchas madres de familia se niegan a retirarse de la zona porque “no tienen dónde vivir y el clima es bueno para la salud”, nos dijo la señora Jessica Torres que sufre de asma.

Con la declaratoria de emergencia por 45 días de Santa Eulalia, las autoridades y pobladores esperan que la ayuda del Gobierno pueda rehabilitar la carretera que los une con Chosica y todo el valle de Santa Eulalia, los doten de energía eléctrica, pues todos sus alimentos se han descompuesto y construyan diques y muros de contención en el canal del huaico que baja de los cerros Colorado, Caserón, Yerbabuena y Piedra Lagartija.

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