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Bajo un cielo oscuro, una lluvia que no da tregua y el temor de que sigan cayendo más huaicos por las quebradas de Chaclacayo y Chosica, en Lima, y Ricardo Palma y Santa Eulalia, en Huarochirí, decenas de familias empezaron a limpiar sus viviendas afectadas por el lodo y las piedras. Pese a que lo han perdido todo, como ha ocurrido con las familias que residen en la zona de Santa Inés Bajo, en Chaclacayo, los damnificados no se quieren retirar del lugar porque “es lo único que tienen“ y piden ayuda a las autoridades para volver a empezar. De acuerdo con los reportes del Indeci, 44 viviendas en Ricardo Palma, 50 casas en Santa Eulalia y dos en Chosica han quedado afectadas por los múltiples huaicos que cayeron la tarde del pasado domingo. Sin embargo, hasta el momento nada se ha informado sobre Chaclacayo y los pobladores se preguntan molestos, ¿por qué?

OLVIDADOS. Al parecer, el inmenso cerro formado con aquello que arrastraron los huaicos que se acumula a la entrada de la calle Los Laureles, a la altura del kilómetro 28 de la Carretera Central, no significaría nada para las brigadas de Defensa Civil, que han llegado hasta el lugar, pero hasta el momento no incluyen a estas decenas de familias en el balance total de damnificados que requieren urgente ayuda. Para muestra un botón. Cansado por todo el esfuerzo realizado para buscar a su pequeño hijo, adolorido por las varias caídas que tuvo y todavía en shock por el drama vivido, don José Luis Chalco Gerónimo reposa en una silla de su vivienda y observa con dolor cómo quedó su casa y los bienes que con tanto esfuerzo logró adquirir. “Todo lo que teníamos se ha arruinado. Vea usted mis televisores, lavadora, cocina, refrigeradora, colchones, muebles, celulares y mi ropero están inservibles. Nos hemos quedado en la calle, pero estamos vivos y por eso agradezco a Dios”, dice el poblador de Chaclacayo. Al recordar los momentos vividos durante la caída del huaico sus ojos se humedecen. “Mi hijo José Mateo estaba viendo televisión en su cuarto. Cuando vino el agua, traté de impedir que entre en mi casa, pero era tan fuerte que no pude hacer nada. Con el agua que me golpeaba y arrastraba lo busqué por toda la casa y no lo encontré”, añadió.

En ese momento, la abuelita Vilma Ríos interviene para contar que su nieto José Mateo, al escuchar el ruido del huaico, había escapado por la parte posterior de la casa. “Mi nieto está asustado y ha llorado toda la noche, pero lo peor es que mi hijo tiene un crédito con la Caja Municipal Huancayo y le pido a ellos que nos esperen un poco para pagarle este mes”, afirma la entristecida mujer.

CLAMAN POR AYUDA. Muy cerca de Santa Inés Bajo, las decenas de familias de la Asociación Casa Huerta Los Paltos, asentamiento humano Tres de Octubre, Asociación de Propietarios Garcilaso de la Vega, Los Cóndores y los que residen en las calles Los Laureles, Nicolás Ayllón, El Sol y La Floresta solos retiraban el lodo y las piedras que habían ingresado violentamente en sus casas y destruyeron, en muchos casos, sus bienes que se ubicaban en el primer piso.

Como nos cuenta la vecina Nilda Lozano Arauco, quien con su bebé en brazos pedía ayuda para sus hijos y vecinos que lo han perdido. “El agua ha malogrado todas las cosas que tenía en mi casa. Queremos una carpa, agua, comida y ropa, porque no tenemos nada. Por favor, ayúdennos”, aseveró.

LLUVIAS NO PARAN. Tras una fuerte lluvia, la tarde de ayer las quebradas conocidas como Olla de barro, en Santa Eulalia, y Carossio, Rayos de sol, La Ronda y Pedregal, en Chosica, se activaron y descargaron desde lo alto de los cerros lodo y rocas causando angustia y desesperación entre los vecinos, quienes rápidamente buscaron refugio en las partes altas.

Mientras varios cargadores frontales retiraban el material acumulado en distintos tramos de la Carretera Central (kilómetros 33, 37 y 38), cientos de vehículos quedaron varados y los viajeros emprendían una larga caminata para salir de la zona bloqueada.

En tanto, los pobladores de la quebrada Carossio, una de las más afectadas en 2015 por el huaico ocurrido en Chosica y donde se hicieron trabajos de mitigación por parte del Ministerio de Vivienda, que incluyó la instalación de mallas y diques, observaban impotentes cómo el lodo corría por sus calles.

“A pesar de los trabajos de prevención, el lodo ha invadido las calles, casas y carretera. Por suerte, las rocas han sido contenidas por las mallas, sino las consecuencias hubieran sido mayores”, contó el poblador Julio Yovera, mientras espera que culmine el huaico para encausar la quebrada en faena con los vecinos.

Lamentablemente, igual suerte no corrieron los habitantes de Cuspanca, en Santa Eulalia, donde rocas de diferentes tamaños aplastaron la parte posterior de una decena de viviendas, sin ocasionar heridos. Los nichos del cercano cementerio municipal impidieron que las rocas continúen su deslizamiento.

“Estaba viendo televisión con mis hijos, cuando escucho un ruido en el cerro. Salí a ver qué sucedía y vi que empezaban a caer las piedras. Entré corriendo a mi cuarto y cargué a mis dos hijos para ponerlos a salvo”, cuenta Hugo Pizarro Huamán, poblador que perdió la parte posterior de su vivienda al ser aplastada por rocas.

ENFERMEDADES. Los daños materiales no son las únicas consecuencias que están dejando los huaicos. La aparición de enfermedades gastrointestinales, así como de mosquitos, son la mayor preocupación del Ministerio de Salud (Minsa), que instaló un hospital móvil en Chosica para atender las emergencias.

“Hasta el momento estamos atendiendo traumatismos y lesiones, pero por la falta de agua podemos tener males estomacales, así como problemas de malaria o dengue por la presencia de mosquitos”, dijo Ana Carmela Vásquez, funcionaria del Minsa, quien detalló que están coordinando la instalación de hospitales de campaña.

Emergencia

PPK pide mantenerla calma

Tras dialogar con el alcalde de Santa Eulalia, Abel Arteaga, el presidente Pedro Pablo Kuczynski pidió a la población mantener la calma y contar con una mochila de emergencia.

“Tenemos que tener calma, sobre todo en un país con una geografía especial. Hay que tener confianza de que el gobierno, a través de Indeci, puede hacer las cosas bien y sin corrupción”, aseveró.

CIFRA

400 policías brindan seguridad en zonas afectadas por huaicos.

2 horas de tolerancia en sus empleos tendrán damnificados.

3 colegios fueron afectados por los deslizamientos en Santa Eulalia.