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Basta ver las cicatrices en sus piernas para saber lo que Jairo sintió cuando le cayó agua recién hervida. La madre confiesa, aún avergonzada, que fue responsable del accidente, pues dejó jugar a su niño cerca a la cocina de carbón.

Lamentablemente, el pequeño de dos años se convirtió en uno de los 15 mil niños que son atendidos, cada año, por quemaduras severas y leves en diferentes establecimientos de salud del país.

Solo en el 2015, el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja registró un total de 2400 atenciones por este tipo de emergencia, reveló su directora Zulema Tomas Gonzales.

“El 80% de las quemaduras en niños es causado por líquidos calientes y el descuido de los padres en el hogar”, detalló.

PREVENCIÓN. Según Marga Callupe, jefa de la Subunidad de Atención al Paciente Quemado, los menores que sufren estas laceraciones presentan secuelas físicas y emocionales.

“Además de tener marcas imborrables en el cuerpo, deben soportar limitaciones físicas, riesgo de infecciones y un dolor intenso”, agrega.

Señala que el 65% de casos requiere de un proceso de rehabilitación de años.

Ante tal panorama, el INSN lanzó la campaña “No más niños quemados”, a fin de reducir el número de niños que sufren quemaduras por accidentes en el país.

El viceministro de Salud, Pedro Grillo, recomendó a los padres tomar conciencia al cuidar a sus hijos para evitar poner en riesgo su salud.

Los riesgos

Además del agua caliente, los niños sufren quemaduras por manipular fuego, dispositivos eléctricos y artefactos pirotécnicos.