La ceremonia inca del Inti Raymi está más cerca que nunca. Miles o tal vez millones de personas a nivel local, nacional e internacional, esperan la tradicional inbterpretación del inca y su séquito. Sin embargo, en Cusco también se espera con singular afecto la aparición de la gran Coya del Inca, la mujer más fuerte y valiosa del imperio, interpretada por Yaritna García, profesora que en junio de todos los años deja las pizarras y las aulas para interpretar el rol más importante que le ha tocado representar.
Es así que Correo logró entrevistar a Yaritna, cusqueña de pura cepa, que nos muestra su toda su sensibilidad y fortaleza antes de interpretar a la esposa del Inca en el tradicional Inti Raymi.
¿Cómo nace tu inclinación por el arte?
Yo soy profesora y artista, en mi familia también hay otros artistas así es que por ahí pudo haber nacido la vena; estudié danza, ballet y teatro y desde los cuatro años empecé a bailar en varios grupos de danza luego a los diez años empecé el ballet, años después en Filigranas Peruanas perfeccioné todo lo referente a danza folklórica cusqueña. Cuando nací, ya veía a mi familia tocar y cantar, es así que el linaje artístico lo llevo en la sangre.
¿Cómo llegas a ser la Coya del Inca?
Mi papel de la Coya se inició cuando era muy joven, en el año 1993 cuando cursaba el tercero de secundaria participé en un concurso singular del Colegio Ciencias “La Coya Cienciana” el objetivo era elegir a la Coya para el tradicional Warachicuy en la cual yo resulte ganadora, ese primer paso fue un orgullo para mí y años después en el 2009 la institución Filigranas Peruanas salió también ganadora de un concurso donde puso a sus artistas para la escenificación del Inti Raymi y también tenía que poner a la Coya, entre muchas chicas me eligieron a mí, y allí comenzó esta hermosa travesía.
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¿Cómo te sentiste cuando supiste que ibas a interpretar a la mujer más importante del imperio inca?
No lo podía creer, ese día me embargaron un montón de emociones y fue aún más intenso cuando el 24 de junio del 2009 interpreté a la Coya en el Inti Raymi, ante los ojos de miles de espectadores, puedo decir que fue un sueño hecho realidad. La primera vez salí con muchos nervios y ansiedad, eres el centro de atención de todos pero al margen de los nervios conté con el apoyo de los directores que en ese año participaron de la organización del Inti Raymi y mi familia, considero que su apoyo fue tan fuerte y fundamental, “eres nuestra Coya, tienes que estar bien” me decían y esas muestras de apoyo me daban fortaleza y una energía especial, me llenaban de orgullo, de felicidad y agradecimiento.
¿Cuántos años llevas como Coya?
Son siete años consecutivos, y confieso que tras la primera vez que interpreté a la Coya, no esperaba que iba a continuar hasta ahora; ha sido un cambio muy grande en mi vida.
¿Ese cambio ha aportado en tu vida personal?
Definitivamente, siempre he sido defensora de nuestra cultura y he aprendido mucho de la idiosincracia, nunca he sentido verguenza de mi cultura, y el asumir este rol no solo hizo que yo ame más a nuestra cultura, sino también que sea parte de ella. Cada uno de los miembros de personas que integran la escenificación del Inti Raymi hemos formado una familia, compartimos muchas cosas, aprendo de ellos, nos unen un sentimiento muy grande y es la admiración y el cariño con respeto “estamos aquí no por nosotros, sino por nuestro Cusco”, con estas palabras nos motivamos siempre en los ensayos, esos detalles aportan a mi vida y soy feliz por eso.
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¿Qué se siente asumir el rol de la Coya?
Siento mucho orgullo, ese rato nos olvidamos de ser nosotros y nos metemos en el papel, ese día hay una energía especial, es un gran responsabilidad de mirar a los ojos al Inca y decirle “te estás equivocando” o sino “tranquilo yo siempre estoy contigo” y de transmitir la fuerza y demás cualidades de la mujer cusqueña. Cuando interpreto a la Coya me transformo, me siento madre de todo el Cusco.
¿Para este año qué esperamos de Yaritna García como la Coya?
Para mí cada año es como si fuese uno nuevo, soy muy disciplinada quiero que el Cusco sienta que soy una mujer sencilla de carne y hueso, que hago mi vida como todas, que trabajo porque quiero contribuir a mi ciudad, no seré la mejor de las personas pero tengo cualidades que pueden contribuir a un futuro mejor, a veces me siento mamá protectora y como Coya quiero transmitir ese lado dulce de la mujer, como la Pachamama que siempre nos va a proveer del alimento, como la luna que ilumina con su luz el caminar de los hombres, ese día quiero transmitir mucha energía, alegría, dulzura, pues la mujeres cusqueñas somos sensibles pero también fuerte que sabemos sobreponernos ante cualquier adversidad.
¿Desde la primera vez surgió la química con el Inca (Nivardo Carrillo)?
Junto a Nivardo Carrillo actué por primera vez en el 2011, esa fue mi tercera vez como Coya, antes me hablaban de él pero no lo conocía, las primeras veces eramos muy tímidos, pero las sesiones de fotos que nos hicieron nos ayudaron a romper el hielo, teatralmente yo era su esposa y tenía que sentirme y actuar como tal. Nuestra amistad surgió en el centenario de Machupicchu cuando viajamos a la ciudadela con el séquito y todos los actores, hasta ahora nos tenemos un gran respeto y admiración.
Un mensaje por estas fiestas jubilares
Que nuestras autoridades trabajen para engrandecer nuestra ciudad y nuestro país, que sea un 24 de junio de renovación, de identidad cultural, festejemos con responsabilidad, protegiendo nuestro patrimonio sin distorsionar nuestro folklore. Que valoremos nuestra cultura, seamos conscientes y respetemos nuestro patrimonio cultural, a nuestro Cusco y a nuestro Perú, cuna del imperio incaico, uno de los más grandes que existió sobre la faz de la tierra.