Desde hace más de una década que las ferias dedicadas a la venta de ropa y artículos de segundo uso, más conocidas como "La Cachina", han ganado terreno en nuestra ciudad, invadiendo calles y avenidas enteras y que conforme han ido pasando los años cada vez tiene más concurrentes.
PROMESAS
Más de una autoridad edil prometió clausurar estas ferias populares por el daño y la competencia desleal que causa a los cientos de formales que expenden sus productos en los mercadillos o tiendas, pero ningún alcalde a la fecha ha podido cumplir con esto.
Así lo indica Olga Yessenia Quispe, presidenta de la Asociación 10 de Mayo, que agrupa a 160 vendedores de ropa y artículos usados que se instalan los sábados y domingos en Alto de la Alianza.
TRABAJO
Explica que estas ferias se han convertido en una fuente y oportunidad de trabajo para aquellos que venden de manera ambulatoria, se dedican al expendio de comida, chicha, helados, libros, relojes y productos de belleza.
POLICÍAS PRIVADOS
Entre otros también se beneficia a los taxistas y policías los cuales son contratados de manera particular por estos comerciantes para que resguarden la feria. Agregó que esta actividad ha permitido mantener a sus familias y sacarlas de la pobreza.
Pero es consciente que la realización de esta actividad no les será eterna por lo que pide a las autoridades los apoyen para contar con un terreno propio