Menores escolares víctimas de Antalsis en Cusco
Menores escolares víctimas de Antalsis en Cusco

L a impotencia, indignación y frustración invaden a la directora de la escuelita de Pillao Matao, al ver a sus alumnos que retornan a un colegio compuesto de dos módulos, dos medias aguas de adobe donde la calamina está a punto de desprenderse de las vigas y un patio sin cerco perimétrico para resguardar la seguridad de niñas y niños vulnerables; una realidad que se vive y vivirá no sabemos por cuanto tiempo más.

El nombre de la escuelita primaria es Institución Educativa 51037 Virgen del Carmen de la comunidad de Pillao Matao en el distrito de San Jerónimo.

Muchos congresistas, fiscales, analistas de la realidad nacional, etc., mencionaron el nombre de este colegio conocido a nivel nacional por ser una de las grandes estafas de la empresa Antalsis, integrante del Consorcio San Jerónimo y encargada de la ejecución de la obra el 2013, pero todo quedó en el papel mientras que la realidad sórdida muestra que no se colocó una sola piedra y serán los 150 alumnos matriculados en el presente año escolar quienes son las víctimas inocentes.

Anuncio. En 2013 una esperanza que se tradujo en promesa fue el anuncio del inicio de la obra de la escuelita de Pillao Matao, y tener un nuevo y bonito local, para ello debían de desocupar las aulas de adobe y acomodarse provisionalmente en la cancha deportiva de la comunidad, todo sacrificio valía la pena por tener un colegio nuevo.

Los afanados padres de familia comenzaron a desatar primero el techo del baño, luego un aula, todo tenía que estar listo para el inicio de los trabajos en el 2014.

Pero un baldazo de agua fría recibieron las profesoras y padres de familia a quienes les informaron que no había fecha de inicio de la tan anhelada obra -es así que todo quedo en una promesa- pero los trabajos de desarmado del viejo local ya habían avanzado y las aulas estaban inhabitables.

Pasaron los meses y nada del inicio de la obra; hasta que reventó la noticia a nivel nacional, la empresa Antalsis integrante del Consorcio San Jerónimo ganadora de la licitación por la friolera suma de S/. 6 millones de soles, para la intervención de la escuelita no había hecho nada de nada. Pero todo debía de continuar y comenzar las labores el 9 de marzo del 2015 como lo estableció el Ministerio de Educación.

Para el colmo de males, el pasado mes de febrero, se registró un robo en las precarios ambientes de la escuelita, se llevaron el equipo de sonido y las ollas para preparar la comida de los niños, parece poco, pero costo mucho esfuerzo a los padres y profesores lograr tener estas pertenencias.

Día de clases. En el primer día de clases lo primero que recibió a los niños de la escuelita de Pillao Matao, fue el ruido ensordecedor del paso de los aviones, las profesoras afanosas terminaban de acondicionar el local para dar una bienvenida a sus alumnos, como se debe y esta programado, con fiesta, regalos y cobijo a un poco más de 50 niños que asistieron el primer día, los demás no se sabe si vendrán cuenta la directora, Tania Villavicencio.

Se organizó todo un programa incluso con la dramatización de un cuento donde los actores principales fueron las maestras; todo valía para dar la bienvenida a los niños.

Ante tanto abandono la felicidad y sobre todo curiosidad de los niños que ingresaban al primer grado era notoria, más aún cuando recibieron los regalos de las profesoras, era un sorteo de globos y para ganarse uno debían de elegir un número, todos fueron premiados, no importaban si estaban con zapatos u ojotas, lo único que interesaba era jugar con el regalito y saborear el machmelo bañado en chocolate, que una profesora repartía.

La directora del plantel hizo una pausa en su trajín e hizo un llamado a las autoridades: “No nos abandonen, no nos hagan sentir solas, por favor, esta es una decisión política, no por el bienestar de los docentes sino por el bienestar de 150 niños y les vamos hablar de un Perú y de que Perú le podemos hablar cuando ese Perú no se siente en su vida”.

Manos a la obra. Los 150 niños matriculados en la escuela de Pillao Matao, son en su mayoría niños inmigrantes de las provincias de Paucartambo, Acomayo y otras, y de muy poco hablar al igual que sus padres, parecen desconfiar de las inusuales visitas, pero Claudia mamá de Noe, que cursará el tercer año de primaria, cuenta como hicieron la pequeña cocina y dirección, fueron los domingos en día de faena e incluso pisaron el barro para hacer los adobes y los demás materiales fueron comprados con las cuotas que pusieron.

Le preguntamos a Claudia, ¿No cree que la construcción del colegio le corresponde a las autoridades?, después de unos segundos de silencio respondió: “claro que sí, pero si no hay, que podemos hacer, tenemos que trabajar”.

Pequeñitos. Al igual que los niños de primaria los pequeñitos de jardín número 273 de Pillao Matao, están en las mismas condiciones pero ellos si cuenta con cerco perimétrico que esta a medio hacer y que los padres de familia lo terminaran en una faena; por lo pronto colocaron algunas calaminas para evitar a intrusos.

El año pasado sólo eran nueve niños inscritos en el jardín ahora son 43, que ocuparan los dos salones de 4 y 5 años, pero la demanda es alta, las mamás de los pequeñines de 3 años piden que atiendan a sus hijos, pero no hay forma.

A diferencia de otros niños ninguno de los pequeñosdel 273 de Pillao Matao lloraba y la mayoría estaban acompañados por sus padres, era el primer día y no había que perder de vista al retoño.

La directora del plantel, profesora Juana Irene Casas Santillana, contó que parte del proyecto de la construcción de un nuevo colegio comprendía también los ambientes del jardín, pero como no se hizo la obra los ambientes viejos fueron acondicionados para comenzar las labores y para darle un mejor aspecto se dio una manito de pintura y se limpio el patio.