Estaba nerviosa y tenía la mirada perdida. Apenas los policías del Departamento de Investigación Criminal (Depincri Huancayo), se le acercaron, Liduvina Huanachín Pomatay (25) confesó su crimen en la puerta de la misma casa (Jr. Moquegua N° 1362), donde horas antes mató a su hijo recién nacido. Yo lo maté para que no sufra, es lo que relató la universitaria, fría y pálida.
PENOSO. Liduvina daba la terrible confesión a las 19:30 horas. Antes, agentes policiales encontraron en su habitación, en una tina, a su hijo recién nacido apuñalado y con el cuello cortado. Según las investigaciones, la universitaria, por el chat conoció al padre de su hijo (Jorge) y luego de un breve romance éste viajó a Arequipa. La noche del miércoles último, la joven huancavelicana, alumbró a su hijo en su habitación. En pleno parto, el niño cayó de cabeza al piso y empezó a convulsionar. La parturienta al ver la escena cogió un cuchillo, cortó el cordón umbilical y le incrustó el puñal en el pecho, pero, como el pequeño no dejaba de moverse, le cortó el cuello. A las 06:00 horas del viernes, Liduvina, salió a trabajar a un restaurante. Los policías la esperaron frente a su casa y la detuvieron. La implicada en infanticidio, fue trasladada al hospital El Carmen porque tenía restos placentarios, quedando internada en la cama 11 del área de puerperio II. Yo lo hice, lo maté para que no sufra, Mis padres no sabían que estaba embarazada, dijo a los agentes. Asimismo, sin arrepentimiento, confesó que esa noche (viernes) iba a enterrar el cuerpo de su hijo para luego viajar a Huancavelica. Para la Policía, la madre que mata a su hijo durante el parto o bajo la influencia del estado puerperal (infección post parto), será reprimida con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años por homicidio atenuado.