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Lodo, piedras y hasta roedores muertos dejaron en algunas calles de Lima y Callao las grandes olas que llegan a las costas peruanas desde la noche del jueves, pero que la madrugada del sábado alcanzaron su punto máximo de fuerza y tamaño.

Durante la mañana de ayer, las autoridades de ambas provincias dispusieron maquinaria y personal para reparar los daños provocados por el mar.

Callao. Hasta la noche del sábado, la Municipalidad del Callao empadronó a 19 familias damnificadas en los sectores de San Judas Tadeo, Alan García, Víctor Raúl Haya de la Torre y Víctor Gonzales.

La autoridad edil, sin embargo, no descartó que dicha cifra aumente este domingo, pues se espera que el oleaje se normalice entre el lunes y el martes.

Los vecinos del lugar se quejaron por la tardía reacción de los funcionarios chalacos, quienes -según denunciaron- no respondieron las llamadas de emergencia durante la madrugada. Además, reclamaron la construcción de muros de contención para proteger sus viviendas.

Pedro Zapata, gerente de Participación Vecinal, aseguró que el muro no es la solución. “Hemos intentado reubicarlos porque ese sitio es considerado zona de riesgo, pero muchas familias se niegan porque tienen varios años viviendo allí”, declaró.

Lima. Por más de cuatro horas se restringió el tránsito vehicular en la Costa Verde entre la playa Tres Picos y la bajada de Armendáriz en el sentido de norte a sur.

Durante la madrugada del sábado, el mar llegó incluso hasta los carriles en dirección de sur a norte. Las playas más afectadas fueron La Pampilla, Waikiki y Makaha.

En los restaurantes de la zona, los estacionamientos quedaron llenos de rocas, pedazos de asfalto roto y agua. El mar también rompió las rejas de madera de algunos locales comerciales.

Producto del oleaje, en horas de la mañana la Costa Verde lució con mucha neblina.

También se perjudicó el tránsito, pues por la fuerza de la marea las pistas se llenaron de piedras arrastradas por el mar.

La  informó que al final de la jornada se recogieron más de cinco toneladas de tierra y otros materiales.

El  exhortó a la población a no acercarse al mar ni exponerse a los oleajes anómalos e intermitentes.