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El secreto de las comunicaciones de los dos arqueólogos, Alberto Urbano Jacinto y Mario Olaechea Aquije, que trabajan en la base de control de las, donde alrededor de 12 activistas de la ONG ingresaron la madrugada del 8 de octubre para colocar un mensaje que arruinó el Patrimonio Material de la Humanidad, será levantado por orden del Ministerio de Cultura, reveló la jefa de la Dirección Regional de Cultura de Ica, Ana María Ortiz de Zevallos.

Urbano Jacinto y Olaechea Aquije serían citados como testigos. “Se hará la solicitud porque ya lo coordinamos con la fiscal para propia tranquilidad de ellos mismos y de la institución el levantamiento de las llamadas telefónicas. Ya el abogado, doctor Infante, se está encargando de los trámites”, dijo.

AYUDA

Según comentó Ortiz de Zevallos en diálogo con Correo, las  se encuentran en un lugar de difícil acceso y los activistas de  habrían contado con la ayuda de “un arqueólogo que conozca la zona. Podría ser un guía de turismo o un arqueólogo que trabajó en el pasado”. Indicó que ya se realizó las coordinaciones para continuar con las investigaciones que lleva a cabo la fiscal Patricia Begazo de la Fiscalía Provincial.

“Si se diera el caso, sería un comportamiento pésimo”, puntualizó la funcionaria.

Los actos cometidos por miembros de , que aún no han sido identificados y que perjudicaron la imagen del Colibrí, no necesitaron evadir a vigilantes pues la zona no cuenta con seguridad alguna.

“No hay seguridad en Nasca por temas presupuestales, pero se espera que haya. Y esto no es de esta gestión sino de muchísimas atrás”, acotó Ortiz.

DINERO

Al respecto, el Ministerio de Cultura requiere de un mayor presupuesto para que sea destinado a un adecuado cuidado del patrimonio cultural del Perú y evitar que se repitan atentados como el ocasionado por los activistas. En el Perú hay 100,000 sitios arqueológicos y en Nasca hay 3000 líneas. “Si tuviéramos que poner un policía en cada línea no nos alcanzaría el Ejército completo”, expresó el viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Luis Jaime Castillo Butters.