El maestro del arpa Camilo Chanca Huaroc, un personaje viviente
El maestro del arpa Camilo Chanca Huaroc, un personaje viviente

Hoy, los nuevos músicos no lo conocen mucho. Pero antes, cuando la música de arpa estaba en su apogeo, el nombre de Camilo Chanca Huaroc sonaba como un acorde de respeto y admiración. Picaflor de Los Andes, Flor Pucarina, Las hermanas Zevallos, los hermanos Galván, entre otros, conocieron de su majestuosidad. Hoy, a sus 80 años, sigue saliendo a tocar su arpa, con la misma pasión y con el mismo ánimo de mostrar su talento al mundo.

¿Cómo adquiriste tu primer arpa? 

Desde joven yo fui panadero, pero siempre tenía las aficiones por al arpa. Cuando vivía en La Oroya, trabaja en la panadería Rocío amasando harina para el pan, fue por ese tiempo que conocí a un vendedor de arpa al que le llevaba su pan, y cuando entablamos conversación con el propietario, Justino Vila, me dijo que me vendería un arpa y también debía llevarle el pan por varias semanas. Así fue que compré el arpa a 4 soles en los años 50.

¿Y por qué tan barato?

Es que el vendedor de arpa era de Moya, era mi paisano, por eso me dejó pagarle con panes y los bizcochos que hacía.

¿Quiénes fueron tus maestros? 

Tuve dos maestros, Nicolás Moscoso de Ayacucho y otro de Moya, Teodoro Chávez. Pocos como yo hemos tenido la suerte de ser alumnos de Samuel Cotera de las Águilas de San Jerónimo y Alejandro Villacorta de la orquesta Capricho Wanka. A ellos les debo mis mejores composiciones.

¿Con quiénes has trabajado durante tu carrera como músico?

He acompañado a grandes orquestas: Unión Juventud Huanca, Alegres de Huancayo, Selección Huanca, Compadres de Huancayo, Capricho Wanka, Juventud Huancaína y Catalina Huanca.

¿Qué experiencia consideras más significativa para tu evolución como músico? 

Me considero afortunado. El haber participado con directores de afamados conjuntos como Tiburcio Mallaupoma de Lira Jaujina, Vicente Saquicoray de Águilas de San Jerónimo, Zenobio Dahga de Juventud Huancaína, Andrés Córdova de Alegres de Huancayo, Armudio de la Cruz de los Rebeldes de Huancayo, Óscar de la Cruz de Unión Juventud Huanca, me han dado experiencias positivas en el aprendizaje musical y cantantes con los que he colaborado. Imagínate la diferencia de tocar con los diversos grupos en sus formas de funcionar y de entender la música, son tan diferentes y con capacidad de adaptación. Esta es la mejor escuela: la experiencia y mente abierta.

Con tu amplio repertorio, ¿te presentastes en concierto?

En el último período del gobierno del presidente Manuel A. Odría, el años ‘56, en la Pampa de Amancaes del Rímac, me presenté con la orquesta Capricho Wanka, y como solista toqué el tema ‘Mi Borrachito’ y un yaraví con fuga de huayno. Luego me presenté en varios locales de Ayacucho, Huancavelica, Cerro de Pasco, Huánuco y Lima.

¿Dominas otros instrumentos? 

Toco el saxo tenor y violín

¿Tienes alguna composición tuya? 

He compuesto la tercera parte del huayno ‘Huachacorita’ por la exigencia del Dr. Félix Ortega Arce, el verdadero médico del pueblo, que además mencionan que fue el autor de las letras de la canción Huachacorita, considerado hoy como el himno huancavelicano.

A parte de la música, ¿a qué te dedicas? 

Bueno, actualmente vendo instrumentos musicales antiguos de músicos, además que oferto bicicletas y repuestos de instrumentos musicales en la feria de ‘La Cachina’ de Chilca los domingos.

¿Por qué lugares paseaste el arte?

Gran parte del país, especialmente cuando cantaba Picaflor de Los Andes y la Flor Pucarina, me solicitaban mi trabajo porque sabía controlar la expresión de sus voces con las melodías del arpa. También tenía pasión por los tonos para la grabación.

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