Más de 155 mil jóvenes y adultos que viven en Lima son analfabetos
Más de 155 mil jóvenes y adultos que viven en Lima son analfabetos

En Lima Metropolitana, un total de 155 mil 298 personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir; 324 mil 612 no concluyeron la primaria; y un millón 57 mil 632 tienen secundaria incompleta, según el 

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Luis Hiraoka Mejía, director de Educación Básica Alternativa del Minedu, señaló que si bien estas cifras han disminuido en comparación con otros años, es necesario seguir promoviendo políticas para atender a esta población.

“El objetivo es que estos ciudadanos puedan acceder a estudios superiores y, de esa forma, obtengan mejores oportunidades laborales ”, refirió.

Según las estadísticas del sector Educación, la mayoría de los ciudadanos analfabetos viven en San Juan de Lurigancho. Por otro lado, en la Provincia Constitucional del Callao existen 14 mil 759 analfabetos. Además, 40 mil personas no terminaron la primaria y más de 140 mil no concluyeron la secundaria.

ESTUDIOS. Una de las vías que ofrece este sector para darles educación son los Centros de Educación Básica Alternativa (CEBA), instituciones que ofrecen una modalidad de estudios equivalente a la Educación Básica Regular, pero con horarios flexibles y distintas formas de atención.

“En Lima, más de 31 mil jóvenes y adultos están matriculados en los 134 CEBA, donde se brinda clases a quienes nunca fueron a una escuela o no terminaron la educación regular”, refirió.

La mayoría de estos establecimientos se encuentran en San Juan de Miraflores, Rímac y Los Olivos, y gran parte de sus estudiantes son de provincia y tienen entre 14 y 29 años. “También hay un buen grupo de adultos mayores, trabajadoras del hogar y comerciantes”, agregó.

Según la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana, a diferencia de las escuelas tradicionales, la enseñanza en los CEBA se brinda de tres formas: presencial, semipresencial y a distancia. Se divide en inicial, intermedio y avanzado.

De esta forma se ofrece a los estudiantes la posibilidad de adecuar su horario de trabajo o las labores demésticas con las clases, y acabar sus estudios hasta en cuatro años.

Hiraoka agregó que esta modalidad de estudio también incluye el traslado de los profesores al lugar donde está la demanda. “Hay convenios con Sedapal y los municipios para que se brinden clases a sus trabajadores”, acotó.

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