La Morgue: Más que un lugar de muertos
La Morgue: Más que un lugar de muertos

Por varios meses, usando gorro y lentes oscuros, un estafador de cuello y corbata timó a más de cincuenta personas que viven en distritos residenciales de Lima. Lo conocían como “El estafador elegante”, porque en las imágenes captadas por cámaras de vigilancia siempre vestía terno. El caso llegó a la Morgue Central de Lima, donde los especialistas tomaron cada seña y dato del hampón hasta que lo identificaron.

Gracias al minucioso trabajo realizado, los especialistas de la Morgue se enteraron de que era Martín Rincón Sanoni (48). La Policía dio con su ubicación y lo capturó.

MUCHO MÁS. Es que la Morgue es ahora más que un lugar adonde llegan cadáveres.

Más de mil delincuentes, en los últimos tres años, fueron identificados gracias al trabajo minucioso de los especialistas que analizan hasta el mínimo detalle de las imágenes para obtener un resultado favorable, asegura el doctor Danny Humpire Molina, especialista en antropología forense.

Ahora la Morgue no es solo un lúgubre local donde se depositan los cadáveres de suicidas, fallecidos en accidentes de tránsito, los no identificados (NN), los asesinados y todo aquel que tras haber perecido, no cuenta con un certificado de defunción.

Hoy los especialistas que laboran en dicho local se han convertido en un apoyo primordial para la Policía.

el mecanismo. Para hacer posible ese trabajo, los expertos comparan hasta cinco fotografías de personas con las mismas características físicas del sospechoso (ver infografía).

Luego se quedan con una foto, la que más se aproxima a los rasgos físicos del sujeto que aparece en las imágenes captadas por las cámaras de seguridad.

Finalmente, usando un software, superponen una escala métrica del rostro y así verifican si se trata de la misma persona.

Examinan si los rasgos morfológicos son compatibles. Miden las distancias de los ojos, la frente, orejas, nariz y entradas de la cabeza, así como lunares, cicatrices y tatuajes. En algunas ocasiones usan el equipo Fastcam 3D.

De esta manera identificaron a dos integrantes de una banda que se había convertido en el terror de las tiendas comerciales de distritos del Cono Norte.

A Luis Inocente Huayanay (22) lo identificaron porque tenía un ojo de vidrio, y eso fue captado por la cámara, además de sus rasgos físicos.

Su cómplice, David Ardiles Pazos (22), (a) “Mariposa”, cayó por el tatuaje que tenía en el brazo derecho y algunas cicatrices.

logros. Los archivos de la Morgue guardan diversas historias de casos que fueron resueltos luego de que identificaran a cuerpos en estado de descomposición. Humpire cuenta que hace tres semanas viajó al Cusco, pues habían encontrado el cuerpo enterrado de una menor de 17 años desaparecida hacía cuatro meses.

El cadáver estaba irreconocible, pero grande fue su sorpresa cuando, al realizar la autopsia, encontraron en su vientre un bebé. La infortunada tenía seis meses de embarazo.

Después de identificarla, la Policía tiene el caso casi resuelto. Al parecer, la joven fue asesinada por un médico con quien mantenía una relación sentimental.

Con los pocos instrumentos para trabajar, los especialistas hacen todo lo posible para identificar los cuerpos.

rapidez. Un instrumento importante es el Afis, moderno sistema de identificación de huellas dactilares, que se usa desde el año 2010.

“Se podría decir que gracias a este equipo, de los cien cuerpos que ingresan mensualmente, 90 son identificados. Antes había dificultades para identificar los cadáveres y se sabía a quién pertenecían en dos semanas, ahora con este sistema se hace en media hora”, manifestó Miguel Mendoza, subgerente de la Morgue.

Para ser identificados bajo este sistema, las huellas dactilares de los occisos tienen que estar legibles. De lo contrario, deben realizar un proceso para reconstruir los tejidos de los dedos.

“Que los ciudadanos saquen de sus cabezas que la Morgue es un lugar oscuro, fúnebre, donde hay trituradores de cadáveres y que trafican con los órganos. Eso es un cuento infantil, una leyenda que muchos en la actualidad siguen creyendo. La Morgue es mucho más que eso”, subrayó Mendoza.

Los miembros de la Morgue recordaron que la situación más crítica que atravesaron fue el incendio en Mesa Redonda, en el año 2001, cuando sus instalaciones fueron declaradas en emergencia. Se habló mas de 300 cadáveres carbonizados.

La Morgue Central de Lima es administrada por el Ministerio Público, y aunque existe otro local en el Callao, al que funciona en el Cercado es al que llevan la gran mayoría de cuerpos sin vida. Esto se debe a que los cadáveres fallecen en el Centro de Lima y los conos sur, este o norte.