El deseo de una menor de edad, por cambiar su aspecto físico, la llevó a una prematura muerte en Cusco, donde falleció a pocas horas de someterse a una rinoplastia en las instalaciones de una conocida clínica local.

Augusto Peña, padre de la menor, señaló a Correo que su hija había hallado en Internet una publicidad sobre operaciones estéticas, haciendo todas las averiguaciones del caso para posteriormente solicitarle que la familia corra con los gastos.

Es así que el último viernes, aproximadamente a las 19:00 horas, la menor Liz Peña (17), habría ingresado a la sala de operaciones de la clínica O2 de Cusco a fin de ser intervenida quirúrgicamente.

Según su padre, tras poco más de una hora, la menor fue conducida de emergencia a la sala de cuidados intensivos del lugar, para posteriormente ser evacuada al hospital de EsSalud, donde finalmente pereció.

Al consultar con el personal de la referida clínica, el padre de familia se enteró que ningún médico de planta habría participado en la operación, sino fueron especialistas de procedentes de otro lugar.

“Al consultar a la clínica me dijeron: nosotros alquilamos la sala de cirugía y sala de recuperación nada más, con los que tienes que conversar es con el doctor Jaider Huanca y la anestesióloga Nieves Salizar, es lo que me indicó la asistenta de la clínica”, citó Augusto Peña.

Según relata, la menor se sometió a todos los exámenes de rigor antes de entrar al quirófano, por eso le parece extraño que haya ‘habido complicaciones’ como le citaron los encargados.

“Lo que me dijo el doctor es que supuestamente es un accidente medicinal, alergia a la medicina, pero si para hacer la intervención le han evaluado antes, ¿o han fabricado esos resultados? los resultados se contradicen con lo que ha dicho el médico”, aseguró el padre de familia.

El caso ya se hallaría en manos de la Fiscalía, pero según el denunciante, le mencionaron que los resultados de la necropsia se los entregarían en dos o tres meses, lo cual ralentizaría la investigación, él pidió justicia y sanción para todos los responsables por la muerte de su hija.

Este medio trató de comunicarse con los encargados de la clínica en mención, en recepción citaron que el gerente no se encontraba en su oficina y que ya había dado declaraciones.

DATO:

- Liz Peña era estudiante de academia, se preparaba para postular a Ingeniería Civil, era la mayor de cuatro hermanos. Según su padre, quería la operación estética como regalo de cumpleaños antes de cumplir la mayoría de edad.

CIFRA:

- Augusto Peña señala que el personal que intervino a su hija le cobró cinco mil soles por la operación, y contando con los exámenes previos, el monto total llegó a los seis mil soles, les mencionaron que eran especialistas con estudios en Brasil.


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