El "Plan Navidad sin Riesgos", implementado hace cuatro días por la Municipalidad de Lima, no ha sido suficiente para acabar con el caos y la inseguridad en Mesa Redonda y el Mercado Central. Ambas zonas siguen tomadas por los comerciantes ambulantes, quienes obstruyen los accesos de entrada y de salida.
En un recorrido por estas zonas, Correo comprobó la presencia de ambulantes y verificó que los comerciantes formales no cumplen con todas las normas establecidas por las autoridades ediles.
Este emporio comercial recibe de manera desordenada a más de 350 mil personas por día, entre visitantes, estibadores en carretillas y vendedores informales con su mercadería al hombro que pasan de una cuadra a otra para vender y esquivar a los serenos y policías.
CAOS. La mayor congestión se registra en el cruce de los jirones Miró Quesada y Andahuaylas, donde los informales, pese a la vigilancia, venden desde adornos navideños hasta fotografías al lado de una llama viva.
La mayor concentración de personas se produjo a la 1 de la tarde en las cuadras 10 y 11 de Andahuaylas, donde decenas de cajas de mercadería obstruían el paso.
En Mesa Redonda se puede ver a decenas de estibadores que llevan sus cargas sin respetar la línea amarilla (para transitar).
La ubicación de un Puesto de Comando Unificado entre los jirones Cusco y Ayacucho solo sirve para denunciar algún hecho delictivo o para obtener información sobre personas extraviadas en la zona.
Aunque se han colocado tranqueras y señalizaciones de emergencia en la cuadra 8 del jirón Cusco y 6 del jirón Puno, la salida de un peatón de este emporio comercial dura aproximadamente 20 minutos.
A partir del mediodía, el tumulto y el desorden se han convertido en una constante en esta zona del Centro de Lima, donde la gente se abre paso a empujones para entrar y salir de allí.