Indígenas de la etnia amazónica mashco-piro -que vive aislada de la civilización- tuvieron un nuevo contacto el fin de semana con comuneros de la región Madre de Dios (fronteriza con Brasil) para pedirles alimentos, en momentos en que su hábitat parece estar amenazado por la deforestación.
"Los agentes lograron comunicarse en yine (un dialecto indígena), manteniendo un diálogo por más de 20 minutos", dijo al diario El Comercio César Jojaje, coordinador de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad).
Jojaje, manifestó que la decena de mashco-piros les pidieron yuca, plátanos, además de machetes y sogas, para luego retirarse pacíficamente por el borde del río Madre de Dios. Según un video, grabado por los propios comuneros, se dejó constancia de la entrega de los alimentos y una charla entre ambas partes.
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Se trata del segundo avistamiento de mashco-piro en menos de una semana. La última ocasión en que se vio a los indígenas en esta área fue el pasado jueves 23 de julio. En mayo, un avistamiento como este terminó con la muerte por un flechazo de un poblador de la comunidad de Shipetiari.
Debido al riesgo de enfrentamiento, Jojaje indicó que la Fenamad rechaza el "contacto controlado" con la tribu propuesto recientemente por el Ministerio de Cultura, pues pueden sentirse amenazados. No obstante, el gobierno advierte del riesgo de que los mashco-piro puedan ser contagiados con enfermedades de occidente, desconocidas para ellos.
Las autoridades consideran que la deforestación, producto de la tala y la minería ilegal en la Amazonia, puede estar afectando el hábitat de esta tribu.
El Ministerio de Cultura busca implementar un plan de atención especial para el grupo mashco-piro que viene siendo avistado en las riberas del río Alto Madre de Dios.
El objetivo es proteger la integridad y la vida del grupo mashco-piro y de las comunidades nativas aledañas, así como promover la convivencia pacífica entre dichas poblaciones.
La etnia mashco-piro ha formado parte de paseos turísticos en la selva de la Amazonia peruana, que incluyen visitas a comunidades aisladas.
En agosto pasado, la Federación Nativa del Río Madre de Dios pidió al gobierno que los proteja de los paseos turísticos porque existe el riesgo de que contraigan enfermedades al entrar en contacto con los turistas.