Pescadores sueñan con triunfo en La Haya
Pescadores sueñan con triunfo en La Haya

Antes de que se conozcan los resultados del diferendo marítimo entre Perú y Chile, Alfonso Ríos escucha una canción del grupo Néctar. Él es uno de los nueve pescadores peruanos que permanecen retenidos en Arica por ingresar a mar chileno sin autorización arrastrados por la corriente.

Desde diciembre se encuentran en esta suerte de cautiverio. No pueden volver a sus hogares en Ilo o Tacna y, para calmar las penas de no ver a su familias, escuchan las cumbias nacionales.

ESPERANZA. Alfonso y sus colegas deben vivir en el salón de clases de un colegio nacional del país vecino que les sirve de albergue y esperanzarse en que el resultado del litigio sea favorable a nuestro país. "Si ganamos en La Haya, podré volver a casa con mi familia", expresa con fe.

Alfonso se encuentra junto a otros pescadores: Amir Cruz (31) y Óscar Tarqui Yugra (28). Es la tarde del domingo. Faltan pocas horas para que los jueces de la Corte Internacional de Justicia de La Haya ofrezcan su veredicto. Y ellos reposan en unas camas que han sido instaladas en el espacio del colegio que hoy les sirve de casa.

Los pescadores peruanos se encuentran retenidos en Arica y no pueden regresar al país. El motivo: sus embarcaciones ingresaron sin querer en mar chileno y fueron detenidos por la policía sureña. Para sostenerse, ellos deben trabajar en el muelle o cachuelearse. Los pescadores chilenos les dan su apoyo y les ofrecen trabajo. Los peruanos los ayudan a hacer redes y a limpiar sus embarcaciones. "Podemos hacer de todo, menos ingresar al mar. Los pescadores chilenos nos ayudan y nos dan trabajo y hasta comida", cuentan.

Hace una semana, los pescadores peruanos retenidos en Arica eran 22. Pero se escaparon 13. "La necesidad. Tú sabes. Se fueron a la mala. Hemos quedado nueve. Para volver al Perú debemos pagar las multas que nos permitan sacar nuestras embarcaciones detenidas. Tenemos que pagar unos S/.60 mil, y ese dinero no lo tenemos. Aquí ya estamos un mes y no sabemos mucho de nuestras familias. Algunos han pedido a sus hijos que no los vengan a ver. Mucha gastadera de plata. Hemos pedido ayuda al consulado peruano. Ojalá que una vez solucionado el tema de La Haya, podamos retornar", dice finalmente Alfonso Miguel Rojas.