Algunos fueron encontrados en las puertas de las iglesias, puentes, montículos de basura o en veredas. Otros se alojan donde pueden: edificios abandonados, cajas de cartón, aparcamientos, estaciones en desuso o en cualquier rincón donde puedan dormir sin ser agredidos ni descubiertos por la Policía. Viven en las calles de Lima, privados de atención familiar y protección de un adulto. La gente transita, los ve a diario haciendo uno y mil malabares para subsistir, pero parecen no detenerse. Siguen su camino.
Sin embargo, son los policías de las diferentes comisarías de la ciudad quienes sí se detienen, los recogen e investigan sus casos. Son los denominados “guardianes transitorios” los que identifican a diario a estos niños desprotegidos, sin casa, sin rumbo y los acogen temporalmente en sus albergues hasta que la justicia los derive a otro centro.
Entre enero y octubre de este año, unos 120 niños recién nacidos, entre cero y dos años, en situación de vulnerabilidad y abandono, fueron internados en el Centro Preventivo del Niño y Adolescente de la Policía, a cargo de la División de la Protección del Niño, Niña y Adolescente de la PNP, ubicado en Salamanca, Ate. Es decir, al mes este albergue acoge un promedio de doce niños en situación de abandono moral y temporal.
¿CÓMO LLEGAN? El coronel Augusto Soto Carbonel, director de la División de la Protección del Niño, Niña y Adolescente, manifestó que llegan al establecimiento debido a una intervención policial o derivados por el Ministerio Público para su cuidado temporal.
Los menores son albergados de forma transitoria mientras la Unidad Tutelar del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables o el Poder Judicial investiga y determina las medidas de protección que se adoptarán para cada menor, ya que tienen una historia distinta (ver infografía).
Solo pueden ser alojados en el albergue policial entre 24 y 72 horas, plazo máximo que duran las investigaciones. “Por eso somos ‘guardianes transitorios’. En el corto tiempo que están aquí, les damos alimentación, cunas, atención psicológica. Pasan por un médico legista. Cuando son recién nacidos, hay policías mujeres capacitadas que les dan de lactar”, detalló el coronel a Correo.
Soto informó que en los dos últimos años hubo un incremento de casos de niños abandonados que llegan al centro de Salamanca. “Solo en el 2015 acogimos a 60 bebitos. Hasta el momento se ha reportado 120 a nuestro cargo. Hay un incremento”, afirmó.
Puente Piedra, Villa El Salvador y San Juan de Lurigancho son algunos distritos donde se han hallado y recogido la mayor cantidad de menores de edad en situación de abandono.
MÁS ALBERGUES. El albergue de Salamanca aloja desde niños recién nacidos hasta los menores de 18 años. Solo el año pasado recibió a unos 800 menores de todas las edades. Es el albergue con mayor capacidad para recibir niños.
El de Zarumilla acoge a menores de entre 6 y 12 años; y el de San Juan de Miraflores a niños de 12 a 17 años.
Aquellos que acoge humanitariamente la Policía en ciertos casos han escapado de sus hogares al ser víctimas de maltrato físico y psicológico; han sufrido violencia sexual, provienen de familias disfuncionales (drogas, alcohol, separación) e incluso han sido víctimas del delito de trata de personas.
El coronel Soto destacó la sacrificada labor y entrega del personal a su cargo -hombres y mujeres- en el cuidado de los menores, pese a que la División de Familia cuenta con un apretado presupuesto.
Para su sostenimiento, la división que lidera cuenta con el apoyo de entidades como el Instituto Nacional de Bienestar Familiar (Inabif). A ello se suma la empresa privada y la comunidad, mediante donaciones que reconocen la labor solidaria de la Policía con la niñez abandonada.
La Defensoría del Pueblo plantea consolidar un sistema que proteja a los niños abandonados. Que se busque la reinserción familiar antes que el ingreso de los menores de edad a un centro residencial. Asegura que el procedimiento de restitución de derechos, o de investigación tutelar, debe desarrollarse sobre la base de un trabajo dirigido a recomponer los vínculos familiares, por lo que el ingreso de un niño a un albergue debe ser la última medida.
En tanto, los “guardianes transitorios” de la Policía seguirán custodiando a los niños desprotegidos. El coronel Soto manifestó que quizá la mayor recompensa que reciben los abnegados policías radica en que muchos de estos menores abandonados aprovechan la oportunidad que se les brinda para estudiar y logran una profesión.
“Pierden cuatro meses de desarrollo”
Según UNICEF Perú, los estudios demuestran que las consecuencias negativas para el desarrollo físico y emocional de los niños que viven en instituciones son contundentes, en particular para los que tienen menos de 5 años. Según los estudios, por cada año que un niño menor de 3 años vive en una institución, pierde 4 meses de desarrollo. “Es necesario poner en marcha un plan de desinstitucionalización de niños viviendo en atención residencial basado en la familia”, dijo María Luisa Fornara, representante de UNICEF Perú.
CIFRA
134 comisarías limeñas detectan a diario casos de niños abandonados.
4 albergues para brindar protección a los niños tiene la Policía.
2500 niños en abandono habría en el Inabif.