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Hasta hace 70 años, las aguas del lago Titicaca eran surcadas únicamente por balsas hechas de totora sólida, tan fuerte como aquella empleada hasta hoy para erigir las viviendas.

En ese hecho se inspiró el maestro Rosendo Huirse Muñoz cuando en 1945 escribió el emblemático huayño “Balsero del Titicaca”, dato histórico certificado por el investigador peruano Pepe Ladd, quien así zanjó el dilema desatado por Bolivia para atribuirse la creación.

Hoy la realidad es diferente y el tradicional balsero se transformó en el patrón de una embarcación pequeña para 24 pasajeros, con un salón de confortables asientos y área panorámica de popa para quienes deseen sentir en el rostro la gélida brisa del lago más alto del mundo.

Jacob Lujano forma parte de esa comunidad de 144 miembros de la Asociación de Empresas Unificadas de Transportes Turística Acuático Lacustre Los Uros (Aeuttal), quien accedió a hablar para Diario Correo.

¿Hace cuánto tiempo se dedica a esta labor?

Toda mi vida, antes era ayudante hoy soy patrón de mi nave. Esta es nuestra forma de ganarnos el sustento, hay temporadas altas y otras bajas.

¿Nació en los Uros?

Soy de Taquile pero permanezco más en este lado cerca a la ciudad porque hasta aquí llega la mayoría de turistas, sobretodo los nacionales y ellos quieren un recorrido más corto mientras los extranjeros prefieren llegar hasta Taquile y Amantaní.

¿Es peligroso este oficio?

Antes era más peligroso porque las balsas eran débiles, pero con las embarcaciones modernas damos más seguridad a los turistas. Además, ahora tenemos un faro y esto sirve para guiarnos cuando hay neblina y podemos trabajar un poco más tarde.

¿Y antes de que hubiera el faro?

No podíamos arriesgar a los visitantes, de ellos vivimos, igual había algunos accidentes de todas maneras, ahora desde el puerto vemos la luz por la tarde y hasta la noche. También sirve para trasladarnos hacia la ciudad cuando hay alguna emergencia, por ejemplo cuando una mujer de la comunidad tiene que dar a luz, entonces la trasladamos a cualquier hora.

Sin embargo todavía conservan algunas balsas de totora.

Sí, pera esas son para paseos muy cortos de una isla a otra, la distancia es menor. Esas balsas se llaman Kontiki Los Uros, pero los turistas le pusieron Mercedes Benz, porque para ellos es un lujo viajar así.

Pero su estructura se ve bastante sólida.

Sí, porque la hacemos con totora del lago hacia adentro, es especial, como esa para hacer los techos de las casas, más dura y resistente al sol que quema bastante, es difícil sacar esa totora, no es la misma que se usa para armar las islas. Esta balsa se hace con cuatro estructuras y en el centro se coloca un mirador, les gusta mucho a los turistas, sobre todo a los extranjeros. Pero no es para ir hasta el puerto, un viento podría voltearla.

¿Y cuando baja la temporada de turistas, a qué se dedica?

Soy dirigente de mi pueblo, soy indígena de estas islas y me gustar organizar a la comunidad. He viajado mucho como representante, me fui a Guatemala, Francia, Alemania y Japón, invitado por las organizaciones de indígenas.

¿Qué ha obtenido de esos viajes de intercambio?

Mejoras para las islas, pero ahora es muy importante el proyecto de electrificación con paneles solares, estamos interesados en eso, pero no quiero dar detalles porque soy muy celoso de mis ideas, no quiero que me las roben.

Y el progreso ¿ha llegado a los Uros?

De todas maneras, mira esas casas con techo amarillo, son las escuelas, tenemos tres, una del nivel inicial, que nos ha costado a todos ayudar para construirla y mantenerla.

¿Le gustaría estar en la política como su alcaldesa Rita Suaña?

Ella es una buena mujer y hace gestiones para su pueblo, es una buena autoridad. A mi me han propuesto pero todavía estoy viendo porque yo prefiero, si es que postulo a algún cargo, irme con Keiko, yo confío más en las mujeres.

¿Y qué haría si es elegido?

Canchas de fútbol que nos hacen falta para que los niños practiquen los deportes y sean mejores.

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