Se llama Jimmy y tiene 17 años. Hace cinco años empezaron los problemas en su casa. "Me metí en drogas. Fumaba pasta, salía a robar, apuñalaba, estaba loco. Dormía en las calles y comencé a vivir la mala vida. En 2010, a los 14 años, por un pleito en mi barrio caí en Maranga. Estuve internado un año. Adentro abusaban de nosotros, nos golpeaban, nos decían que éramos la lacra de la sociedad, que no servíamos, que éramos una cochinada. Entonces, cuando salí estaba resentido y volví a robar y me metí en juicios. Fue cuando un amigo me presentó al profesor Juan Rubín, quien me dijo que me podía ayudar. El profe me conversó, me invitó a hacer deporte, a cantar mi 'hip hop'. Al principio no le hice caso, pero él me llamaba y me decía que tenía un grupo de chicos con los que trabajaba. Yo no quería, pero un día fui y me hizo notar que podía cambiar, y cambié: comencé a ver la vida de otra forma. Ya tengo dos años junto al grupo. Él me apoya, me da palabras de aliento, me enseña deporte, me sacó de las drogas, he reconstruido mi vida, me regeneré. Ahora me preparo para postular al Senati y estudiar soldadura estructural, ponerme a chambear y ayudar a mi familia. Robar ya fue".

El testimonio es de un ex interno del Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima (antiguo 'Maranguita'). Su cambio se lo debe a sus ganas de salir adelante, pero también al apoyo que encontró en "Zona de cambio", un grupo que reúne a 120 ex reclusos de dicho correccional y que gracias al deporte y a Juan Rubín, un psicólogo y comunicador, creador del grupo, ayuda a la reinserción social de estos chicos.

¿Pero quién es este anónimo personaje y de qué se trata su trabajo? "Zona de cambio" inició su misión en 'Maranguita' en 1997. Pero cerró en 2010. Debido a la falta de apoyo para continuar con su proyecto, su creador trasladó la sede de su agrupación a un gimnasio en San Miguel. Ahí reunió a los antiguos internos y continuó con su misión: hacer que, gracias al deporte, la vida de estos jóvenes cambie. Entrenan gimnasia, practican 'muay thai'. Con esta técnica canalizan su furia y se alejan de la mala vida. Fotos: Jairo Vega

Puedes leer la nota completa en la edición 141 de la revista .

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