El rey Juan Carlos I anunció ayer que abdica en su hijo el príncipe Felipe para dar paso a "una nueva etapa de esperanza", tras un reinado de 39 años que se recordará como un periodo de democratización y libertades en España.

El monarca anunció su decisión en un mensaje dirigido a los españoles, emitido en directo por los canales de televisión y radio, en el que se mostró cercano y en el que afirmó sentirse orgulloso de los españoles por los logros conseguidos y les expresó su gratitud por el apoyo que le ofrecieron.

SUCESOR. Con su renuncia, el rey dijo que quiere "abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación".

"Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando", dijo el rey.

El mensaje fue grabado en su despacho, en el que había una fotografía en la que aparece junto al príncipe Felipe y su nieta, la infanta Leonor, como símbolo de continuidad de la Corona, y una imagen en la que se le puede ver con su padre, Juan de Borbón, conde de Barcelona.

"Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es señal de identidad de la institución monárquica", declaró el rey en su mensaje, en el que subrayó que su sucesor "tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado".

Expresó también su gratitud a la reina Sofía por su "colaboración y generoso apoyo" y subrayó que ha querido "ser rey de todos los españoles".

TRANSICIÓN. El rey Juan Carlos fue un gran impulsor de las cumbres iberoamericanas, a las que asistió desde su lanzamiento con la única excepción de la última, celebrada en Panamá en octubre de 2013 y a la que no pudo acudir al encontrarse convaleciente de una intervención quirúrgica.

Por su parte, Felipe de Borbón, de 46 años, es muy conocido en Latinoamérica porque desde 1996 ha acudido a 69 tomas de posesión de presidentes del continente, la última de las cuales fue este pasado fin de semana, la del salvadoreño Salvador Sánchez Cerén. La toma de posesión de Álvaro Arzu como presidente de Guatemala, en enero de 1996, fue el primer acto de esas características al que acudió el príncipe de Asturias.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, fue quien dio la noticia de la abdicación para lo que convocó a los medios del país, ante los que manifestó su gratitud al monarca, con el que todos los españoles tienen una "impagable deuda", según señaló.

Anunció asimismo que este martes se celebrará un Consejo de Ministros extraordinario para tramitar la sucesión.

LA NUEVA REINA. Letizia Ortiz, esposa del príncipe Felipe, se convertirá en reina de España, un papel para el que lleva preparándose más de una década. Hace doce días que los príncipes de Asturias celebraron el décimo aniversario de su matrimonio, una década de trabajo en la que Letizia Ortiz, de 41 años, no se ha limitado a mantener un perfil de consorte.

En la última década, los príncipes han recibido juntos a más de 7200 representantes de todos los sectores de la vida española en 248 audiencias con cobertura informativa y han intervenido en 1516 actos oficiales.

ESCÁNDALO Y COSTOS. Pero no todo fue protocolos. En abril de 2012 un incidente que se hizo público pareció abrir definitivamente la caja de Pandora de los males sobre la monarquía española.

Juan Carlos tuvo que ser operado de una fractura múltiple de cadera que se produjo, según las informaciones publicadas por medios españoles, mientras estaba cazando elefantes en África.

Este suceso llegó en un mal momento para la monarquía española, que sigue lidiando con las consecuencias de la crisis desatada por la implicación del marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, en una trama de corrupción.

Cuando estalló ese escándalo, la Casa del Rey tuvo que hacer públicas parcialmente sus cuentas por primera vez, como muestra de transparencia.

Según una encuesta publicada en setiembre de 2013 por el diario El País, el 53% de los españoles desaprobaba la manera en que conducía sus asuntos como rey. En otro sondeo de mayo pasado, la valoración de la institución de la Corona recibió un puntaje de 3.72/10.

El exmonarca le asignó un salario a su esposa Sofía de 63,234 euros y a la princesa Letizia, mujer de su hijo Felipe, de 49,182 euros. El dinero que el Estado ibérico transfirió este año a la Casa del Rey fue de 7.775.040 millones de euros (el equivalente a 10.6 millones de dólares) frente a los 7.93 millones de euros del ejercicio anterior, es decir, 158,670 euros menos.