A inicios de los años 80 una estudiante a quien le llamaban “Gotita de gente” de la región San Martín destacaba por ser una experta en el deporte del básquetbol. Se trata de Robertina Santillana, actual congresista de Alianza Para el Progreso (APP) que nació y creció en la calurosa ciudad de Tarapoto y que desde niña demostró gran habilidad para el baloncesto.
La parlamentaria cuenta que desde la primaria en su institución educativa “Ex-2115” inició a participar en campeonatos de básquet que se realizaban entre los colegios de la ciudad e indica que en su región, por aquella época, esa era una de las disciplinas deportivas más atrayentes.
Por aquella época la legisladora explica que la conocían como “Gotita de gente”, debido a que existía una novela con ese nombre donde la protagonista era una niña.
A la edad de los 16 años y por el amor a la camiseta fue elegida como parte de la selección de básquet de su colegio Ofelia Velásquez para viajar a otras regiones del país a participar en distintos campeonatos.
“En ese tiempo como no había autos, combis, viajábamos en esos camiones que transportan piedras (para construcción). No te imaginas, era tanta la emoción de tener corazón al deporte, que no nos importaba viajar en esos camiones”, señala entusiasmada.
Eso sí, indica que durante los años 80 no viajaban a Tocache por ser una de las zonas más complicadas en aquella época.
Santillana deja en claro que para viajar a su corta edad a otras regiones se tenía que firmar un documento entre los padres y las autoridades de la institución educativa. Luego pasaría al colegio Juan Jiménez, donde también destacó en el baloncesto.
Entre una de sus anécdotas cuenta que cuando pasó a la institución educativa Juan Jiménez tuvo que enfrentar a su excolegio Ofelia Velásquez, en un campeonato deportivo. Asegura que en ese encuentro recibió todo tipo de insultos por parte de sus exmaestros y excompañeros de escuela, pero pese a ello, junto a sus compañeras se llevaron la victoria.
“Me han insultado en el partido, me decían traicionera y todo. Los profesores, alumnos, pero yo jugaba normal y al final le ganamos”, cuenta.
Ella sostiene que gracias a su habilidad en ese deporte hoy cuando visita su región todos la reconocen.
“Cuando me voy al mercado, cuando no había la pandemia, siempre en la región las señoras mayores me conocen porque ellas iban a ver cuando yo jugaba (…) Te sientes halagada que la gente te reconozca. Eso es fortalecedor para seguir trabajando”, indica.
La integrante de APP recuerda con nostalgia que sus padres de condición humilde hacían grandes esfuerzos por comprarle unas zapatillas que ella tanto anhelaba. También indica que se derrumbaba y lloraba mucho cuando su equipo perdía un partido.
Recientemente, visitó su escuela Juan Jiménez y pese a que está totalmente remodelada asegura que no olvidará los momentos inolvidables que vivió allí cuando jugaba en una loza deportiva rústica y con unas cuantas gradas para el público; además, de tener aulas de clase sin las comodidades que actualmente existen y sin infraestructura moderna.
Finalmente, adelanta que se ha incorporado a un grupo de representantes de las Naciones Unidas con quienes trabajará analizando futuros proyectos para incentivar el deporte en su región.