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Grave acusación. La empresa  denunció que la  instaló de forma ilegal una tubería de alcantarillado y la conectó a su red pública en el cruce de la avenida Morales Duárez, donde construye un paso a desnivel y el puente Bella Unión, en San Martín de Porres.

Según Sedapal, la contratista brasileña OAS, encargada de la obra, ejerció “una fuerza desproporcionada contra sus trabajadores” cuando se disponían a supervisar los trabajos.

Este hecho ocurrió el pasado viernes 3, fecha en que la comuna limeña aseguró que este personal “irrumpió en la zona de trabajos a fin de evitar que instalen una estructura provisional con la que pretendían no afectar la red de desagüe y saneamiento”.

Peligro. No obstante, Sedapal señaló que en caso de inundación con aguas servidas, esta infraestructura podría causar daño ecológico a quienes viven en los alrededores y cerca del río Rímac.

“(Esto) motivaría declarar en emergencia el abastecimiento de agua potable y recolección de desagües, en perjuicio de más de dos millones de habitantes”, reveló la empresa.

Además, precisó que la tubería afectada conduce 130 mil metros cúbicos diarios de aguas residuales para su disposición final en la planta de Taboada, proceso que no podrá realizarse debido “a las deficientes técnicas constructivas de OAS.

CIFRA

3 millones 500 mil soles es el costo aproximado de la tubería que cambió Lima.