El Señor de los Milagros o el Cristo de Pachacamilla, o también llamado Cristo Morado, Cristo de las Maravillas, Cristo Moreno o Señor de los Temblores, es una imagen de Jesús pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas de Lima. La llegada de los esclavos negros al Perú se remonta al año 1528, pero alrededor del año 1650, los negros angolas, que trabajaban como esclavos en la zona de Pachacamilla, se asociaron y levantaron su cofradía en dicho lugar.
En una de las paredes de adobe de la cofradía, un esclavo negro natural de Angola y de nombre Benito o Pedro Dalcón dibujó la imagen de Cristo Crucificado sin haber tenido estudios de pintura o conocimientos sobre el tema. Simplemente lo hizo por su inmensa devoción a Cristo.
Cabe mencionar que la imagen fue hecha en una pared tosca y pintada cerca de una acequia de regadío. No tenía un acabado perfecto, pero era la pintura que los esclavos angolas adoraban en sus ratos libres y le atribuían varios milagros.
El 13 de noviembre de 1655, cinco años después de haberse creado la cofradía, alrededor de las 14:45 horas, un fuerte terremoto azotó Lima y Callao. El desastre natural trajo consigo el derrumbe de mansiones, casonas, templos, y dejó pérdidas humanas y numerosos damnificados.
La cofradía estaba hecha de adobe y, como era de esperarse, todas las paredes del recinto se derrumbaron menos una. La pared donde se dibujó a Cristo quedó intacta, sin ningún tipo de resquebrajamiento, a pesar de ser una pared débil y sin mucha fuerza para soportar el violento movimiento telúrico. En este lugar, hoy en día se erige el Monasterio de las Nazarenas, casa del Señor de los Milagros.
A pesar de que las autoridades ordenaron que se demoliera el muro a fin de evitar cualquier acto profano, la destrucción no pudo llegar a cumplirse debido a circunstancias fuera de lo común, quedando en pie el muro y la pintura del Cristo continuó ganando el prestigio y el favor del pueblo.
Aunque la imagen intacta tras el terremoto reafirmó la creencia en el Cristo pintado, para algunas autoridades de la Iglesia Católica no fue así. El párroco de la Iglesia de San Sebastián (ubicada hoy en el Cercado de Lima), José de Mena, miró con malos ojos las reuniones que tenían los esclavos alrededor de la imagen e influyó mucho para prohibir las asambleas que tenían en la cofradía y dar la orden de borrar al Cristo.
Luego de un largo proceso de permisos y aprobaciones, se decidió borrar la cada vez más famosa imagen. Se estableció un comité para tal cometido, conformado por el Promotor Fiscal del Arzobispado, José Lara y Galán, el notario Juan de Uría, un pintor indígena de nombre desconocido, y el capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcazar, quienes en todo momento fueron escoltados por dos escuadras de soldados para mantener todo en calma en caso de disturbios.
El primero en tratar de borrar la imagen fue el pintor, pero, según cuentan los cronistas de la época, a la hora de subir las escaleras empezó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido. Luego, en su segunda intento, su impresión al estar frente a la imagen fue tanta que bajó velozmente y se alejó con miedo de la pintura.
El segundo hombre que se acercó a la imagen vio algo en ella que simplemente hizo que se aleje sin siquiera intentar borrar al Cristo. Por último, el tercero en subir fue un soldado con una actitud más determinante, pero bajó de inmediato explicando que cuando estuvo frente a al Señor de los Milagros, vio que la imagen se ponía más hermosa y la corona de espinas se tornaba color verde.
Después de estos sucesos, decidieron revocar la orden de quitar la imagen del Cristo. Cuando el virrey Conde de Lemos visitó el lugar, dispuso que se levante una capilla provisional.
Otro hecho del Señor de los Milagros que sorprendió a muchos se dio el 20 de octubre de 1687. En ese día aconteció otro fuerte terremoto en Lima y Callao a las 4:45 am, que según cuentan los cronistas, duró cerca de 15 minutos. Al igual que la primera vez, la ermita quedó destruida menos la parte donde se encontraba la imagen del Cristo crucificado. ¡Una vez más quedó intacta y en pie!
Ese suceso hizo que Sebastián de Antuñano, impulsador de la devoción del Cristo Moreno, ordene la confección de una copia al óleo y consiga el permiso para que la imagen saliera en andas por las calles de Pachacamilla. Cuando se terminó de hacer la copia, salió de inmediato en procesión. Uno de los primeros lugares que visitó fue el hospital Santa Ana, hoy conocido como el hospital Arzobispo Loayza. Desde ese momento, el Señor de los Milagros siempre visita fielmente dicho centro hospitalario en octubre para bendecir a los enfermos.
En 1746, Lima volvió a sufrir otro devastador terremoto. Sin embargo, cuando la imagen del Señor de los Milagros salió en procesión a las calles, la tierra dejó de temblar. Este acontecimiento simplemente incrementó la fe hacia el Cristo Moreno.
La curiosa razón por la que el color morado representa al Señor de los Milagros
Si hay un color que representa al Señor de los Milagros, es el morado. Sin embargo, no es algo que se impuso o tenga que ver directamente con la imagen del Cristo Moreno.
Cuentan que la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo llegó de Guayaquil a Lima. Ella era una mujer de mucha fe y viuda de un matrimonio obligado. La Madre Antonia fundó el Beatario de Nazarenas en el Callao, cuyo hábito era de color morado, propio de la túnica nazarena.
El hábito morado representa a las Madres Nazarenas en honor a Jesús Nazareno (Cristo con la cruz a cuestas). Es decir, las Nazarenas usaban este color desde mucho antes de conocer al Señor de los Milagros. También cabe señalar que los términos “nazareno” o “nazarena” no significan devoto o devota del Cristo Moreno.
Luego que a la Madre Antonia se le arrebatara el Beatario Nazareno del Callao, fundó otro, el Beatario de Monserrate, más conocido como el Instituto Nazareno. Llegó a funcionar cerca de 17 años hasta que fue clausurado por no contar con todos los permisos requeridos para su funcionamiento.
Finalmente, se le terminó dando un espacio al costado de la capilla del Señor de los Milagros, donde las beatas, con su característico hábito morado, cuidaban la imagen del Señor de Pachacamilla. Es así que se relaciona el color morado con el Cristo Moreno.
Ahora en octubre, los devotos usan el tradicional hábito de las Nazarenas. Las mujeres usan un cordón blanco en la cintura y los hombres una corbata morada.
La procesión del Señor de los Milagros es una tradición que cuenta con más de tres siglos y medio de historia. Llama la atención que hasta mediados del siglo XX, la imagen del Cristo Moreno salía echada sobre modestas andas hechas de madera que eran cargadas en hombros por los miembros de su Hermandad.
Ya para la década de los 70s, la imagen del Cristo de Pachacamilla hacía su recorrido por las calles del Centro de Lima sobre renovadas andas hechas de oro y plata, que son las que se mantienen hasta hoy en día,
En la parte delantera del anda se muestra la imagen de Cristo crucificado, acompañado del Espíritu Santo (representado en forma de paloma) y del Padre Eterno. También se aprecia la figura de la Virgen Dolorosa y de María Magdalena, ambas al pie de la cruz.
En la parte posterior del anda va colocada la imagen de la Virgen de la Nube, advocación ecuatoriana que acompaña al Cristo Moreno desde el siglo XVIII.
El Señor de los Milagros es la expresión más bella del amor de Dios para con su pueblo, para con toda la humanidad y la creación. “En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo”. (Sta. Teresa de Jesús). Nuestro Creador en su divina voluntad quiso que su amado hijo Jesucristo rescatara y reconciliara al ser humano consigo mismo por medio de su pasión, muerte en cruz y su resurrección.
Señor de los Milagros: procesión virtual del Cristo Moreno
José Soto Parra, mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros, indicó, que este año se han programado misas y procesiones virtuales del Cristo Moreno, con imágenes captadas en años anteriores que se transmitirán por los canales de la Hermandad y en el HN de Las Nazarenas a través de Facebook o YouTube, a fin de evitar el riesgo de contagio de COVID-19.
Las procesiones virtuales se difundirán los días 18, 19 y 28 de octubre, así como el 1 de noviembre, acotó.
Finalmente, invocó a los fieles para que sigan la procesión desde sus casas y eviten acercarse hasta el santuario de Las Nazarenas, ya que este reciento permanecerá cerrado al público.