Así fue asesinato de director en San Juan de Lurigancho (INFOGRAFÍA)
Así fue asesinato de director en San Juan de Lurigancho (INFOGRAFÍA)

A tan solo un día del crimen de dos hermanos vigilantes en la puerta del colegio que custodiaban en , por extorsionadores, un director y dueño de un centro educativo fue asesinado por sicarios de un balazo en la cabeza en el mismo distrito. Esta ola de crímenes ha causado que desde el  se pida la intervención de las Fuerzas Armadas para luchar contra la delincuencia.

Los pistoleros esperaron que Sabel Evangelista de Paz (47) saliera a bordo de su camioneta de placa B5F-072 para ultimarlo a media cuadra de su colegio María Montessori, ubicado en la urbanización Mariscal Cáceres.

"“Los tres (sicarios) son menores de edad. No pasan los 16 años de edad. Ellos llegaron caminando hasta el parque Elías Aguirre, y cuando su víctima se dirigía a almorzar, lo interceptaron. Solo uno de ellos disparó, mientras que los otros hacían de campana"”, reveló un testigo.

Aún con vida pero gravemente herido, el promotor educativo terminó estacionando su vehículo a la berma de un parque y pedir auxilio.

Policías que patrullaban a pie por las inmediaciones de la zona escucharon los disparos, de inmediato auxiliaron a Sabel Evangelista y lo trasladaron al hospital de Canto Grande, donde falleció.

balacera. Otros efectivos persiguieron a los sicarios que en su loca huida dispararon a los agentes, entablándose una balacera.

Los pistoleros llegaron hasta una cancha deportiva ubicada a la espalda del complejo deportivo, ubicado en la avenida Héroes del Cenepa de la misma urbanización y se hicieron humo.

“Fueron más de diez minutos de persecución. Ellos disparaban y nosotros repelíamos el ataque”, informó un agente.

Efectivos policiales a cargo de las investigaciones informaron que en su fuga los sicarios dejaron caer la fotografía de su víctima, la cual utilizaron para reconocerlo y matarlo.

Uno de los maleantes se fue deshaciendo de sus prendas de vestir.

“Hemos encontrado una camisa a cuadros y una gorra que el ladrón aventó al piso al momento de fugar”, informó la fuente policial.

extorsión. Agentes de la Divincri de San Juan de Lurigancho confirmaron que desde hace una semana el dueño y director del colegio María Montefiori fue víctima de extorsión por parte de una banda de delincuentes.

“Él no ha querido pagar cupos y por eso lo han amenazado de muerte. Unos sujetos le dejaron una carta para que pague un dinero mensual, pero no quiso. No puso la denuncia por miedo a represalias. Esa carta es igual a las que han dejado a los directores de otros colegios”, reveló la Policía.

El jefe de la Región Policial de Lima, Salvador Iglesias, reveló que el miércoles luego del crimen en el colegio Alpamayo School visitaron a los directores de otros centros educativos para saber si eran extorsionados y visitaron a Sabel Evangelista. Él lo negó.

drástico. Esta ola de sicariato que alarma a la capital fue criticada desde el Congreso de la República. El legislador  exigió la participación de las Fuerzas Armadas contra la delincuencia.

Argumentó que según el Decreto Legislativo N° 1095, aprobado en el 2010, se faculta al Ejecutivo a que el Ejército realice un trabajo preventivo, disuasivo, manteniendo el orden y control interno para frenar al hampa.

"“Ojo que no se trata de establecer un estado de emergencia, no se restringen los derechos ciudadanos ni se establecerá toque de queda. Se trata simplemente de que el Ejército salga a patrullar a las calles en apoyo al trabajo de la Policía, cuya carencia de recursos le imposibilita realizar un mejor trabajo”", explicó.

Según Renzo Reggiardo, el referido dispositivo legal está vigente y explica cuál sería el accionar de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

“Es necesario implementar ese decreto en la ciudad, donde la violencia criminal está desbordada”, acotó.

De similar parecer fue el alcalde de San Juan de Lurigancho, Juan Navarro, quien señaló que las Fuerzas Armadas ayudarían a mejorar el patrullaje en las calles de su distrito.

Explicó que a la fecha son dos mil policías que recorren las calles de esa localidad que tiene más de un millón de habitantes, pero que son insuficientes.