El cielo nublado que el miércoles 25 cubría Lurigancho-Chosica presagiaba la llegada de intensas lluvias. A las 15.30 horas, las gotas empezaron a caer con gran fuerza y, en solo unos minutos, convirtieron las calles de ese distrito de Lima Este en riachuelos, lo que generó alarma entre los pobladores porque traerían consigo agua, lodo y piedras.
Hasta el año pasado, ante este panorama, los vecinos de los asentamientos humanos Buenos Aires, Moyopampa y María Parado de Bellido, ubicados en la quebrada Carosio, abandonaban sus hogares por miedo a que se produzca un huaico y corrían descontrolados en busca de un lugar seguro.
Esto no fue así aquella tarde. Gracias al Sistema de Alerta Temprana (SAT), implementado a fines de 2016 por la ONG Soluciones Prácticas y que incluye la participación de la comunidad, las familias recibieron a tiempo el aviso para evacuar por rutas señalizadas y evitar que sus vidas corran peligro.
DETALLES. Para Pedro Ferradas Ases, gerente del Programa Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático de la ONG, durante los últimos días de lluvia este sistema ha cumplido con el objetivo de mitigar los daños que causaban todos los años los deslizamientos de lodo en esta zona.
El SAT mezcla el uso de la tecnología con la cooperación de los vecinos. En las partes altas y medias de la quebradas, existen siete sensores que miden la humedad y el movimiento del suelo, factores que permiten anticipar el inicio de un huaico; estos equipos fueron instalados por Soluciones Prácticas.
Cuando estos aparatos detectan la posibilidad de riesgo, explica el especialista, envían de inmediato un mensaje de alerta a los teléfonos celulares de los dirigentes y los funcionarios de la Municipalidad de Chosica, a fin de dar aviso a la comunidad y se inicie la evacuación de forma organizada.
Por ahora, debido a las condiciones de la quebrada, los pobladores tienen entre cinco y siete minutos para refugiarse en áreas seguras.
“El tiempo es limitado, pues Carosio es empinado, pero con el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) estamos trabajando para prolongarlo”, comenta Ferradas.
El dirigente de la Asociación de Damnificados y Afectados de la quebrada Carosio, Julio Yovera, cuenta que la instalación de este sistema abarcó la capacitación de los vecinos en gestión de riesgo y, ahora, se sienten más seguros ante los inminentes fenómenos naturales.
“Este modelo de prevención es liderado por nosotros y evita que la gente salga de sus hogares con pánico. Si bien es cierto un huaico es impredecible, se pueden reducir sus efectos y más aún si existe una población proactiva. La prueba es que en dos días de intensas lluvias, Carosio no ha sido perjudicada”, refiere.
MÁS PROTECCIÓN. Además de los sensores, Ferradas Ases señala que en las viviendas de los pobladores se instalaron 15 pluviómetros, instrumentos que emplean los propios pobladores para medir las precipitaciones.
Además, colocaron cámaras que permiten saber en tiempo real el incremento del caudal del río Rímac. Esta información puede ser vista desde los celulares por las autoridades locales, quienes están en la obligación de dar la alerta.
Otra medida adoptada por la ONG Soluciones Prácticas es la implementación de un sistema de drenaje en el pueblo María Parado de Bellido, lo cual posibilita que el agua pueda ir directamente al río y no afecte ni una sola casa.
“La participación de la gente puede evitar el impacto de los huaicos. No solo hay que pensar en las grandes obras, sino también en estos pequeños trabajos que resuelven los problemas de la gente con su propio accionar”, acota.