Mientras las protestas contra el proyecto minero Tía María en Islay (Arequipa) provocan muerte y destrucción, una imagen marca la diferencia y demuestra que no todo está perdido.
Un policía escucha la súplica de una mujer pidiendo parar la represión y evitar que se sigan agrediendo entre ambas partes.
El efectivo la escucha atentamente y su reacción final es abrazar a la mujer.