Tinkus... ritual ancestral
Tinkus... ritual ancestral

Los rituales andinos de gratitud a la Pachamama, con el transcurrir de los años se ha venido convirtiendo en danzas de veneración a las santas o santos patrones católicos impuestos por los españoles. Y una de ellas es los Tinkus que sin discusión proviene de la hermana República de Bolivia, de la zona de Potosí, que en un gesto de hermandad y devoción a la Virgen de la Candelaria podemos disfrutar de ella en las fiestas de febrero. "Tinkuy" vocablo quechua que traducido al castellano indica "encuentro". Danza ágil de extraordinaria coreografía y vistosos trajes, que a pasado por una serie de etapas de transculturización y evolución artística para llegar a nuestros días como una manifestación dancística que ha ganado un espacio en la preferencia juvenil de diferentes barrios de Puno.
Igual que todas viene engalanada de leyenda y misterio que se ha transmitido de boca a boca que nos informa que en cercanías de la llegada de la fiesta de recepción de los primeros frutos que nos regala la Pachamama, tiempo de la Anata al que los españoles la llamaron carnaval. Se cumplía obligatoriamente el tinkuy, encuentro ó pelea cuerpo a cuerpo entre dos personas estimuladas por el aguardiente de comunidades diferentes, los que eran preparados desde niños como una ofrenda a la Pachamama y los Achachilas, los que eran adiestrados en la lucha y preparados para morir en caso adverso; llevaban cubiertos el cuerpo desde la cabeza a los pies por regia vestimenta de cuero primero dicen de llamas, pumas o tigrillos, para luego remplazarlos por la de res por su mayor dureza, las manos cubiertas con una especie de guantes armadas con aristas como especies de garras de oro, plata o tal vez bronce. Con increíble habilidad se trenzaban aplicando duros golpes uno a otro ante la presencia de las autoridades comunales y el pueblo en general, los que seguían y animaban el cruento combate con vitores y música enardecidos por el efecto del aguardiente hasta que uno de ellos tenía que sucumbir ante la muerte.
El vencedor agradecía la protección de los Achachilas y las divinidades de la comunidad, que triufantes iniciaban su dominio ante la comunidad perdedora con ceremonias festivas, porque la sangre derramada sobre el rostro de la Pachamama les brindaría mayor cosecha y la multiplicación de su ganado. Mientras que la comunidad perdedora ceremonialmente recogía el cadáver del caído como ofrenda de gratitud y cumpliemiento estricto de los rituales de forma. Enterraban el cuerpo del caído en un lugar considerado sagrado especialmente designados para estos escogidos. La coreografía y el vestuario de esta danza ritual, nos describen plenamente su significado. Se recuerda que estos Tinkus o encuentros en honor a la Pachamama, no son exclusivos de las comundades bolivianas, en diferentes lugares del Perú se les conoce con otros nombres, hasta hace algunos años se realizaban en la ciudad de Juli conocido como Mathapi, y en algunas comunidades alto andinas del Cusco se les conoce con el nombre Chiaraque, actividades al que ninguna autoridad o justicia tiene la capacidad de intervenir por respeto a las costumbres ancestrales de los pueblos altiplánicos.