Toribia demuestra que nunca es tarde para aprender

Huancavelica, es una de las regiones donde existe la mayor tasa de analfabetismo a nivel del país. Pero, pese a esta realidad, personas como Toribia son un ejemplo de que cualquiera puede aprender a leer o escribir con su propio esfuerzo.

Doña Toribia tuvo que luchar contra todo; primero, sus padres no quisieron que estudie, sospecha que fue también por machismo, pues su hermano por lo menos terminó la primaria, pero a ella no la dejaron.

SIN DOCENTES. Le dijeron que estaba perdiendo el tiempo, porque los profesores, debido a la distancia de Castrovirreyna a Choclococha, llegaban a la mitad de semana o a veces no iban a dictar sus clases.

“Tienes que ayudarnos a pastear la vaca, para qué vas a ir a la escuela si ni siquiera van tus profesores”, le decían. La soportaron hasta el segundo grado de primaria, años en los que, asegura, no aprendió mucho.

Todo se confabuló en su contra y como la gran mayoría de mujeres de campo, buscó esposo y su deber era seguirlo a donde vaya. Felizmente, le tocó uno “bueno”, dice.

“No me di por vencida, yo solita me ponía a practicar, leía libros de mis hijos, las revistas de mi iglesia que también hay en quechua. Mi esposo también me enseña a escribir”, cuenta.

Y fue así como la encontramos, leyendo ensimismada uno de los manifiestos del Sutep que por estos días se encuentra en huelga.

“Dice que el Sutep va a seguir la huelga, pierden clases, creo que no deberían”, dijo cuando le preguntamos qué decía ese papel celeste que tenía entre sus manos.

Lastimosamente no ha aprendido a escribir aún, pero las ganas no le faltan.

“Si tuviera plata de repente, no tengo tiempo”, culmina.

BRECHAS. Como sospechaba Toribia, hay una brecha muy marcada en el acceso a la educación por parte de la mujer en Huancavelica. Del 13.8% de la población huancavelicana que es analfabeta, el 5.3% son varones, mientras que un enorme 24.4% son mujeres.

Según los entendidos, esto se debe a que la mayoría de los hogares le da la preferencia a los hijos varones, porque creen que la mujer no merece ser educada o no podrá aprender.

El INEI también revela que el 92.7% de la población, solo tiene educación primaria y el 77.9% secundaria.