JHOVANA MENDOZA
AYACUCHO
"Ya nos falta poco para irnos de escuela", dice Betty Palomino, una estudiante del sexto grado de primaria de la I. E. 39008 Yuraq Yuraq, quien recibe clases en un cuarto que sirve de depósito y dormitorio del personal de servicio.
A escasos 10 años de edad, Betty culmina la escuela. "Este es el cuarto del portero, en el rincón donde están arrumados las carpetas hay ratones", cuenta resignada, pues el aula donde pasa 7 horas diarias no es nada agradable. Su único consuelo es que faltan 3 meses para ir al colegio "María Parado de Bellido", donde piensa estudiar la secundaria.
El salón donde estudian 13 niños tiene agujeros en el techo y en época de lluvia es todo un problema, de las esquinas salen hormigas, las carpetas vetustas en un caída se parten en dos. Esta escuela que alberga a 366 alumnos se encuentra a tan solo 5 cuadras de la Plaza de Armas de Huamanga, de la cual el 90% de la población es de la zona rural.
Al respecto, Elías Miranda, director de la institución señala que no hay ayuda del gobierno local. "Hace tres años que pedimos donación para una sala de cómputo, pero no hay respuesta", agrega.
Cabe señalar que la escuela atiende en los tres turnos, mañana, tarde y noche. De igual forma, la Dirección funciona como biblioteca y depósito de otros materiales educativos.
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Una escuelita con penosos salones
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