El gasto por un equivalente a cien mil dólares aprobado por la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, para obsequiar artículos de lujo al personal, generó un gran revuelo en el Palacio Legislativo, la clase política, las redes sociales y los medios de comunicación.
La legisladora oficialista resultó vapuleada por representantes de casi todas las bancadas parlamentarias.
No obstante, Ana María Solórzano, protagonista central de esta revelación de Correo, dijo que volvería a autorizar un gasto similar porque, en su opinión, aquello no fue “un derroche” de recursos del Estado.
Este diario informó ayer que Solórzano había autorizado dos desembolsos entre mayo y junio de S/.179.961 y S/.155.400, respectivamente, para comprar artículos de la marca Renzo Costa mediante contratación directa.
Estos desembolsos no están incluidos en el presupuesto institucional 2015.
Lo llamativo es que, ante la escasez de dinero, las instancias administrativas recomendaron obsequiar artículos de menor costo, como por ejemplo chocolates.
VOLVERÍA A HACERLO. “Se ha tratado -dijo Ana María Solórzano en Canal N- de una operación en favor de los trabajadores, que sí se lo merecen. Yo volvería a aplicar una similar medida en favor de ellos”.
A primera hora del día, Ana María Solórzano se pronunció así sobre la polémica compra.
La titular del Poder Legislativo se negó a admitir un despilfarro o gastos indebidos. Subrayó que los gastos que realiza el Parlamento están debidamente presupuestados y se ajustan a las disposiciones legales vigentes.
Su motivación central, explicó, fue corregir un acto discriminatorio contra el sector de trabajadores del Parlamento, ya que antes solo se entregaban presentes a las madres congresistas y no a las madres trabajadoras en general.
“Se trata de ser justos. Yo considero que si le das un regalo a una congresista, ese mismo derecho es el que tiene una madre trabajadora”, remarcó.
FUNCIONARIOS. Desde tempranas horas de la mañana de ayer se anunció una conferencia de prensa en la que se esperaba la presencia de Ana María Solórzano.
Sin embargo, la conferencia fue presidida por el director general de Administración del Parlamento, Fermín Vásquez, y por la jefe del Departamento de Logística, Tatiana Guevara.
Ambos funcionarios insistieron en la legalidad del proceso.
“Antes les daban billeteras a los funcionarios y chocolates de 13 soles a los demás trabajadores. Lo que hemos hecho es darles a todos por igual”, dijo.
PRESUPUESTO. El Congreso tiene un presupuesto anual de S/.500 millones y emplea a unas 3 mil personas, aseveró José Cevasco, exoficial mayor de dicho Poder del Estado. “Es muy oneroso”, comentó.
En opinión del exfuncionario, debe haber un tope no solo en el Parlamento sino en todos los sectores del Estado para este tipo de gastos.
“Si se quiere hacer un reconocimiento a los trabajadores del Estado, en lugar de regalar billeteras vacías lo que debería haber hecho (la presidencia del Congreso) es aprobar el estatuto del trabajador parlamentario que hasta el momento no se aprueba. O hubiera visto la estructura salarial que el Congreso mantiene por 13 o 14 años”, sugirió.
SIN WIFI. El legislador Víctor Andrés García Belaunde estimó, en principio, que los trabajadores parlamentarios merecen ser reconocidos por su labor, pero cuestionó que los congresistas se “autorregalen” ciertos beneficios.
A su juicio, hay necesidades en el trabajo parlamentario que no son atendidas, por ejemplo, recién se ha instalado el servicio de WiFi. Dijo que su bancada solo tiene un presupuesto de 3 mil soles para hacer búsquedas en la Sunarp que se agotan en cuatro días.
MALA ELECCIÓN. Vicente Zeballos, de Solidaridad Nacional, lamentó que estos hechos emerjan desde la propia Mesa Directiva.“Es cierto. Hay que decir la verdad con su nombre. (...) Pero hay acciones que desdibujan el rol protagónico que corresponde al Parlamento en el país”.
A su juicio, el nombramiento de Ana María Solórzano “fue un perfecto anuncio de lo que se venía (...), hoy estamos asumiendo el pasivo de esa errónea decisión...”, comentó.
Inclusive el oficialista Santiago Gastañadui no pudo evitar cierta incomodidad.
Dijo que a la presidenta del Congreso no le compete decidir sobre obsequios.