El vocero del Frente Amplio, Marco Arana, discrepó con su colega de bancada Justiniano Apaza respecto a la labor que realizaron los comandos que encabezaron la operación Chavín de Huántar para rescatar a los 72 rehenes que fueron secuestrados por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru en la residencia del embajador de Japón en Perú, en abril de 1997.
En este sentido, Arana rechazó que, como lo dijo Apaza, la acción militar fue “desproporcional” al ser más de 100 militares y solo 14 emerretistas.
“La calificación de si era desproporcionado y desproporcionado no tiene lugar”, sostuvo tras explicar que “frente a este tipo de amenaza (MRTA) que tenía rehenes civiles, qué es desproporcionado. Los terroristas entraron a la (residencia) fingiendo que son personal y los militares tuvieron que usar un espacio de diálogo mientras construían una alternativa de salida militar para recuperar a quienes habían perdido su libertad por un acto terrorista”.
Asimismo, expresó que el reconocimiento de “esta misión valerosa” debe ir extendiéndose a los “civiles, militares y policías que ofrendaron su vida y a las familias que siguen reclamándole al Estado casi una limosna”.
Sin embargo, el portavoz de la izquierda dejó en claro que, a su juicio, el dictamen de la Comisión de Defensa para reconocer como “Héroes de la Democracia” a los comandos debió haber exigido que se investiguen las presuntas ejecuciones extrajudiciales que se ejecutaron durante la operación Chavín de Huántar.