Arde Puente Piedra con protestas por el cobro de peaje en Chillón (VIDEO)
Arde Puente Piedra con protestas por el cobro de peaje en Chillón (VIDEO)

La protesta contra el cobro de peaje en Chillón, zona de Puente Piedra, nuevamente se salió de su cauce y derivó en vandalismo, en la segunda marcha que ayer bloqueó varios tramos de la Panamericana Norte. La violencia por parte de desadaptados que tomaron la vía fue la característica de la jornada a vista y paciencia de los organizadores de esta movilización.

Aunque la manifestación en un inicio se desarrolló de forma pacífica, la situación se descontroló y tornó violenta cuando un grupo de sujetos con el rostro cubierto rompió el cordón policial y se enfrentó a los agentes.

El balance de la gresca: dos policías heridos de gravedad, 60 detenidos y centenares de ciudadanos lesionados por perdigones lanzados por la Policía. Entre ellos, una menor de edad a quien le cayó una piedra en la cabeza.

Inicio. Desde tempranas horas, centenas de manifestantes, entre vecinos de la zona norte de Lima y transportistas (principalmente de Puente Piedra, Ancón y Santa Rosa), bloquearon los carriles de la Panamericana Norte, en dirección a las cuestionadas garitas, de norte a sur. Los colectivos demandan que el cobro del peaje se cancele de forma definitiva y no solo sea temporal, tal como anunció la Municipalidad de Lima la noche del último miércoles.

Los protestantes argumentan que el pago de aproximadamente S/10 al día por solo transitar en esa zona de la Panamericana Norte es “excesivo” e “injustificado”.

La movilización se concentró, desde las 5 de la mañana, en el óvalo de Puente Piedra, a la altura del km 32.5 de la referida vía e inició su marcha dos horas después, escoltada por cientos de policías (en total hubo más de dos mil).

Contingencia. Agentes de la dirección de Inteligencia trabajaron entre el último miércoles y la madrugada de ayer recorriendo los cerros aledaños a la Panamericana Norte para recolectar información y así elaborar un plan operacional.

“El plan permitía restablecer el orden en un tiempo razonable, pese a ser superado hasta en cinco veces por un número superior de manifestantes”, explicó el general Gastón Rodríguez, jefe de la Región Policial Lima.

Durante la marcha, los ciudadanos mostraron su indignación con pancartas y cánticos con mensajes contra las garitas.

Cabe señalar que fueron varios los protestantes que se unieron, de a pocos, a la marcha a lo largo de los diferentes paraderos de la Panamericana Norte.

No obstante, de pronto, la protesta se empañó de violencia cuando un grupo de personas lanzó una bomba molotov a un contigente policial que repelió el ataque lanzando bombas lacrimógenas para cuidar su integridad.

En paralelo, un contingente del Escuadrón Terna estuvo desplegado para detectar y reducir a los revoltosos.

Así, a la altura del puente peatonal El Establo, en el kilómetro 27 de la Panamericana Norte, donde se produjo uno de los enfrentamientos más álgidos, y entre una copiosa lluvia de piedras y una enorme bruma formada por los gases lacrimógenos, fueron detenidas decenas de personas de todas las edades que podrían ser procesadas bajo la figura de la flagrancia. Muchas de ellas tenían bombas molotov y pirotécnicos.

Los sujetos encapuchados se replegaron y huyeron hacia los cerros para evitar ser detenidos. Otros se escondieron en casas aledañas; sin embargo, varios fueron intervenidos por la Policía. A uno se le incautó un arma de fuego.

Los detenidos fueron llevados a la comisaría de Puente Piedra, luego fueron trasladados a la Fiscalía de Lima Norte. Finalmente, ayer en la noche, fueron conducidos a la Dirección de Seguridad del Estado, en la avenida España, en el Cercado de Lima.

En medio de la trifulca, los suboficiales José Francis Quiroz Araujo y Joel Palomino Romero quedaron heridos. El primero recibió una bombarda en la cabeza que le hizo caer al suelo. Al segundo le cayó una piedra en el rostro.

La situación se volvió incontrolable cuando en otros tramos de la vía, los manifestantes quemaron llantas, prendas de vestir y colchones.

Si bien la Policía logró controlar la situación al promediar la una de la tarde, los disturbios se reanudaron cuatro horas después. Un policía y tres ciudadanos (entre ellos una niña de 10 años) resultaron heridos por piedras y pirotécnicos. Durante la gresca, una madre perdió a su pequeña cuando corría para escapar de los gases lacrimógenos. En paralelo, la unidad móvil de un medio de comunicación soportó la furia de los revoltosos.

Infiltrados. El ministro del Interior, Carlos Basombrío, ratificó que la violencia fue desatada por un grupo de infiltrados.

“La Policía actúa de forma profesional y cumpliendo los protocolos. Se permitió que la marcha se realice. Los hemos acompañado, pero infiltrados y provocadores han degenerado esta movilización”, dijo desde el Congreso.

Además, mostró su preocupación por el hecho de que la Policía detuvo a 28 personas en la marcha del jueves pasado, pero fueron liberadas por el Poder Judicial, pese a que participaron en el incendio de las garitas de pago.

“Nos parece que eso no ayuda a fortalecer una sociedad en la que la ley se respeta”, opinó de manera enfática.

No obstante, el abogado Edmundo Inga Garay, quien representa a varios de los ciudadanos que participaron en la protesta, señaló que se debe probar si los detenidos cometieron la destrucción registrada en los medios. Además, justificó la medida de fuerza de los vecinos de Lima Norte y cuestionó las palabras del ministro Carlos Basombrío.

“La gente marcha porque no tiene dinero para pagar cerca de 300 soles mensuales (por el peaje). La Fiscalía no ha presentado ninguna prueba de que haya personas infiltradas de terrorismo en la manifestación”, declaró en medio del fulgor de la protesta.

Más daños. Docenas de ciudadanos y transportistas pedían una solución al tema de los peajes, pues denunciaban que gran parte de sus ingresos se iría en este cuestionado pago. “Para ir a mi casa que está a cinco cuadras del peaje me quieren hacer pagar 10 soles”, denunció la vecina María Caballero.

A consecuencia de la protesta, el tránsito fue desviado hacia la avenida Trapiche. Algunos mototaxistas aprovecharon el caos para incrementar los pasajes por su servicio. Asimismo, decenas de negocios cerraron.

“Deploramos todo acto de violencia. Como autoridades estamos agotando el diálogo, se logró suspender el pago del peaje por 30 días”, dijo Felipe Arakaki, alcalde de Ancón.

Hasta el cierre de esta edición, los disturbios seguían en la Panamericana Norte. Los vecinos reclamaron a la Policía por los gases lacrimógenos en plena zona urbana y que este escenario fue aprovechado por un grupo de vándalos.

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