Aunque aquí Alejandro Toledo insiste que Yosef Maiman es un magnate amigo que avala las inversiones a su octogenaria suegra, la verdad es que el alemán-peruano-israelí abandona rápidamente su vida de millonario seductor.

Además de las informaciones provenientes de Israel sobre la crisis del grupo Merhav, de su propiedad y con inversiones energéticas por todo mundo, un signo inequívoco de su mala hora financiera es el hecho de que su yate Noa VII -si puede llamarse así a la lujosa nave que más parece un trasatlántico- está a la venta por la módica suma de US$ 35 millones.

La embarcación, que lleva el nombre de su hija, se ofrece en exclusivas páginas web para navegantes como Boat International o Frasr Yatch.

Se trata de un super yate, de 48 metros, decorado en estilo art-decó con detalles "peruanistas" que alberga a 12 personas con las comodidades de un hotel 5 estrellas. Tiene tres pisos, 5 elegantes camarotes, gimnasio, jacuzzi, baños con hidromasaje y centro de entretenimiento para cada huésped.

La suite principal se encuentra en la cubierta y en su plataforma en popa se amontonan motos acuáticas, snorkels, kayaks y otros juguetes naúticos.

En sus paseos por el Mediterráneo o las islas griegas esta nave puede alcanzar una velocidad de crucero de aproximadamente 11,5 nudos y una velocidad máxima de 14,5 nudos.

Un detalle que no por menudo no deja de llamar la atención es que en uno de los ambientes del Noa VII aparece un enorme quipu peruano como parte de la decoración. Habría que preguntar al Ministerio de Cultura por qué misteriosos caminos ese valioso patrimonio histórico llegó hasta allí. ¿O fue un regalo de sus buenos amigos?