¿Cambio interior en Defensa?
¿Cambio interior en Defensa?

Tras su reciente performance como eficiente facilitador en las siempre complejas relaciones entre la Policía y las FF.AA. en la lucha contra Sendero Luminoso y el narcotráfico en el VRAEM, la designación de Iván Vega como viceministro de Políticas para la Defensa, posición que se ajusta más a su perfil, tiene varios aspectos relevantes.

En primer lugar, debiera poder permitir la continuación de esa articulación personal, que permitió un mejor resultado del uso de la ayuda internacional.

En un gobierno no partidario, la presencia de dos "hombres del Presidente" en el mismo sector es siempre altamente inflamable. La subordinación obligatoria de uno al otro camina a un milímetro de la colisión con la accesibilidad directa a Palacio de Gobierno, riesgo que se incrementa con el estilo del Presidente y el carácter del ministro.

No resulta antojado barajar la hipótesis de que esta designación sea (o se convierta en) un primer paso para un eventual relevo en la cartera de Defensa, el cual podría darse, dependiendo de la coyuntura, mediante un cambio de cartera o un alejamiento del actual ministro del gabinete.

La hipótesis del cambio de cartera, dada la relevancia que tiene Defensa, solo es imaginable como un desplazamiento hacia Cancillería o la jefatura del gabinete, figura esta ultima que, de darse, tendría necesariamente que postergarse unos meses en aras de la credibilidad, ya que el actual Premier aún no termina de dar temperatura a su silla.

Independientemente del modo en que se desarrolle esta reconformación en Defensa, habrá que prestar atención al equilibrio de fuerzas en la Fuerza Armada, particularmente en el CC.FF.AA., cuyo jefe ha exhibido la tranquilidad del que tiene la conciencia tranquila y/o sólidas herramientas que permiten demostrar que todos sus actos se han ajustado a ley en la crisis no resuelta de la nutrida vigilancia por evidentes órdenes "de arriba".