El cuestionado abogado Ramón Ramírez Erazo, vinculado a los pasquines Confidencial y La Nación, se jacta de no tener sentencias en su contra por el delito de difamación y de esa manera trata de presentarse como un sapientísimo profesor universitario impoluto, dedicado sólo a acumular posgrados y a elevadas actividades académicas y legales.
Pero... ¿cómo Ramírez Erazo ha logrado una total impunidad en este tipo de casos ante el Poder Judicial a pesar de esas portadas repletas de agravios y calumnias de las mencionadas publicaciones? Según una investigación realizada por un equipo del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), que fue dirigida por el ex procurador anticorrupción José Ugaz, y cuyos resultados se plasmaron en el libro Prensa Juzgada: Treinta años de juicios a periodistas peruanos (1969-1999) (publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en 1999), Ramírez Erazo usa vacíos legales para burlar la justicia.
Los hallazgos al respecto son reseñados en el libro bajo los subtítulos "La no identificación del autor (y su abuso)" y "El agravio impune".
Esta indagación sintetiza así el modus operandi de Ramírez Erazo: "Diversas personas agraviadas por las publicaciones ofensivas de Confidencial recurrieron a la justicia penal y reclamaron una sanción para el responsable de los libelos difamatorios. Sin embargo, todos ellos se encontraron con un hecho sorprendente: no se lograban sentencias condenatorias pues no se podía individualizar al autor de los artículos difamantes, pese a que era de público conocimiento que el responsable de estas publicaciones era Ramón Ramírez Erazo" (página 109).
Campaña contra Gisela. Luego de examinar las denuncias y procesos judiciales por difamación en contra de ese pasquín, la investigación señala también que "conscientes de esa limitación (de la ley), algunos responsables de la emisión de publicaciones que han hecho de la difamación un oficio, recurren a diversos subterfugios (uso de seudónimos y anónimos) a fin de evitar ser identificados, con lo cual burlan la responsabilidad penal que les corresponde".
En los juicios contra Confidencial, entre 1992 y 1995, tampoco se logró establecer quiénes eran los propietarios y directivos de Empresa Editora Latina S.A., que publicaba aquel libelo, porque aparentemente no figuraba en Registros Públicos. Hasta se llegó a creer que era una firma fantasma (el 2 de marzo pasado Correo reveló la ficha registral, en la que Ramírez Erazo aparece como fundador y gerente general).
De acuerdo con el libro, Ramón Ramírez y Wilfredo Ramírez Romero, supuesto ex director de Confidencial, fueron denunciados por la conductora de televisión Gisela Valcárcel. También por el ex alcalde de Surco Manuel Cáceda y los hermanos Delgado Parker, propietarios de medios de comunicación. En todos los casos, el delito quedó impune porque no se había identificado "plenamente" al autor del ilícito.
Este modus operandi para lograr impunidad es usado hasta la actualidad. Se colocan nombres muy comunes e incompletos (nunca con segundo apellido) del "director" en el postón o de los autores en los artículos del pasquín, identidades que pueden corresponder a cualquier persona y tener cientos de homónimos (Alex Ramírez, Oscar Ramírez, Wilfredo Ramírez). En la práctica, son seudónimos para seguir burlándose de la justicia.
Dos condenas No obstante, hubo un par de ocasiones en que dos personas vinculadas a los pasquines fueron sentenciadas. En 1992, Wilfredo Ramírez Romero, quien figuraba en el postón de Confidencial como director, fue condenado a dos años de prisión condicional por "dañar el honor" del directorio de la entonces Compañía Peruana de Teléfonos (CPT). Sin embargo, el abogado Ramírez Erazo apeló a una serie de artilugios legales hasta lograr que se declarara "nulo todo lo actuado" y se dio por "no presentada la denuncia", es decir, como si jamás hubiera existido, tal como lo reseña Prensa Juzgada.
En el mismo año, Eva Lobatón Erazo, medio hermana de Ramón Ramírez, fue sentenciada a un año de prisión condicional y al pago de S/.100,000 de reparación civil por una demanda planteada por Gisela Valcárcel. Eva Lobatón "había sido sorprendida distribuyendo gratuitamente ejemplares de Confidencial en una ceremonia de CLAE en la que Valcárcel era animadora", se recuerda en dicho libro. Actualmente, Lobatón Erazo es fundadora y gerente general de Grupo La Nación S.A., que edita el libelo del mismo nombre.
De su panaca Wilfredo Ramírez Romero, supuesto ex director de Confidencial, es hermano de Oscar Ramírez Romero, aparente actual director de La Nación. Ambos son primos de Ramón Ramírez Erazo, quien según las evidencias continúa vinculado al pasquín.
óscar Libón olibon@epensa.com.pe
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Cómo las peores difamaciones pueden quedar impunes en nuestro país
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