Dionisio Vilca: "Hay victorias... También dolores"
Dionisio Vilca: "Hay victorias... También dolores"

Son 16 meses los que han pasado luego de la operación militar "Libertad", pero las heridas aún no se cierran. Los padres de los nueve efectivos caídos en la fallida operación en la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), de abril del 2012, tienen muy frescos los sucesos de aquella acción, la que no debe olvidarse ni tampoco repetirse.

Para Dionisio Vilca, quien tuvo que ingresar a la selva para rescatar el cuerpo de su hijo, César Vilca, abatido por las hordas terroristas de "Gabriel", el recuerdo está vivo.

Vilca destacó la nueva y exitosa operación del VRAEM en la que cayeron abatidos los camaradas "Gabriel", "Alfonso" y "Alipio", pero también demanda que no se olviden de sus primeros combatientes.

"Hay victorias y derrotas, y las dos se honran en la guerra", dijo. Nueve fueron los jóvenes caídos en el VRAEM. Dos sufrieron penurias en la selva antes de ser abatidos y aún no son reconocidos. "Así como ha victorias, hay dolores. El Gobierno debe estar con los dos lados y alentarlos, pues ambas filas han luchado por el país", expresó Vilca.

Ha pasado un año y cuatro meses desde la muerte de su hijo César. La herida permanece, pero la indiferencia y el abandono de las autoridades lo lacera día a día. Vilca sigue luchando por el reconocimiento de su hijo, tanto como lo hizo en la selva, cuando ingresó solo y sin ninguna autoridad a buscar su cadáver.

"Mucho ofrecieron entonces, nada dieron", dijo. Aún quedan en cartera los tres ascensos consecutivos que corresponden a su hijo por morir en acción y una vivienda de acuerdo a ley, pero lo único que ha logrado Vilca es pasear con papeles en mano por todas las oficinas del Gobierno.

Ahora busca una audiencia con el presidente Ollanta Humala para que le diga la verdad: si realmente quieren reconocer a su hijo.

"Así como reconoce victorias, y las recibe, reconozca errores, y los enmiende en memoria de esos jóvenes. Ellos cumplieron con su deber y dieron su vida", agregó.

La muerte de "Gabriel" no le alegra. No busca venganzas. Si la deseó, fue solo un segundo, cuando vio el cuerpo de su hijo destrozado. Ahora, "¿de qué serviría?, se preguntó. "¿Acaso su muerte devolverá la vida a mi hijo?", dijo.

La muerte del hijo caído duele mucho, pero saber de su abandono en el campo de batalla dijo que enardece más, pero sobre todo que no se reconozca ni se enmiende.

"Ellos (los caídos) no fracasaron, ellos dieron lo más valioso: su vida. ¿Qué más puede pedir el Gobierno?", se preguntó al final.

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