Edwin Oviedo, del éxito empresarial a los tribunales
Edwin Oviedo, del éxito empresarial a los tribunales

Nació en el Cusco hace 47 años y, desde esa región, levantó con su familia un imperio (empresarial) que lo convirtió en uno de los personajes más conocidos de nuestro país, cuyo nombre se relaciona con acontecimientos que van desde el regreso del Perú a un mundial a otros mucho menos favorables, como la corrupción en el Poder Judicial (PJ) y el ahora prófugo exjuez supremo César Hinostroza Pariachi.

LOS COMIENZOS

Nos referimos a Edwin Oviedo, uno de los últimos de seis hermanos, el quinto, para ser específicos. Desde muy chico, aprendió a hacerle frente a la adversidad, pues perdió a su padre cuando tenía solo 8 años, en 1979.

Fue entonces que su familia inició su primer emprendimiento: una pequeña tienda de abarrotes en Urcos, la semilla de lo que se transformaría en Supermercados Mega y, posteriormente, el ahora Grupo Oviedo.

Luego de casi una década de esfuerzos, Oviedo Picchotito y sus hermanos dieron un gran salto en sus negocios, al abrir en el Mercado Mayorista de La Parada, en Lima, un almacén con el que entraron al negocio del arroz y, sobre todo, del azúcar, el que a la postre se convertirá en su gallina de los huevos de oro.

La consolidación llegó poco tiempo después, cuando incursionaron en el transporte de carga, con Operadora Logística Asturias, así como en la distribución de azúcar, con Shema S.A.C. Fue entonces que surgió el Grupo Oviedo.

Los años pasaban y los negocios crecían a tal punto que los hermanos debieron trasladarse a diversos puntos del país para administrarlos y supervisarlos. Fue así que a Edwin le tocó dejar la Ciudad Imperial para ir a Chiclayo, donde su figura empezó a hacerse conocida, primero por los propios lambayecanos y luego en el resto del país.

En el año 2002, el grupo adquirió acciones que la empresa Huancaruna tenía, a su vez, en Pomalca, ingenio del que se apropiaron gracias a la ley de protección patrimonial, la primera “Ley Oviedo”, gracias a la cual también se hicieron de la azucarera Tumán.

La referida —y cuestionada— norma, buscaba evitar el embargo de los activos de estas compañías, pero los Oviedo la habrían aprovechado para tomar el control de ambas firmas.

En el caso de Tumán, por ejemplo, adquirieron una supuesta acreencia a nombre de Transportes Carranza, la que no se canceló y permitió que obtuvieran la administración judicial.

DE CAL Y DE ARENA

Aunque el aspecto económico era boyante, el auge de Oviedo llega con su entrada al mundo del deporte, específicamente al Juan Aurich de Chiclayo, al que empezó a apoyar económicamente para después, en el 2008, convertirse en su presidente. Durante su dirección, en el 2011, este equipo obtuvo su primer título nacional.

Este logro impulsó su candidatura para suceder a Manuel Burga. Así, en el 2014, llega a la presidencia de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y su gestión consigue que, después de 36 años, la Blanquirroja vuelva a un Mundial.

Pese a toda esta historia, que podría considerarse de éxito, Edwin Oviedo ahora se encuentra tras las rejas, un destino que la Fiscalía persiguió por meses.

Su detención preliminar se dispuso el último jueves y se dictó por su presunta relación con “Los Cuellos Blancos del Puerto”, supuestamente encabezada por César Hinostroza, con quien el empresario habría interactuado.Según el Ministerio Público, no solo recibió sus asesorías pagadas en el caso “Los Wachiturros de Tumán”, también le regaló entradas para el Mundial.

El último viernes, su situación jurídica empeoró aún más, cuando el Octavo Juzgado de Investigación Preparatoria de Chiclayo resolvió el pedido de prisión preventiva en contra de Oviedo, la que se esperó por casi una semana.

Dicha instancia ordenó para él 18 meses de prisión preventiva, por lo que Oviedo debió de dar un paso al costado en la FPF y está, ahora, a la espera de la decisión de sus respectivas apelaciones tras las rejas, lejos del césped de las canchas o de la caña de azúcar de sus empresas.