La hija del ex consejero regional Ezequiel Nolasco no solo perdió a su padre el pasado 14 de marzo en Huacho, quien fue asesinado por un sicario. El 20 de julio de 2010, su extinto padre sufrió un primer atentado pero las balas mataron al hermano de Fiorella, Roberto Torres Blas.

Esta entrevista se interrumpe con las lágrimas de una estudiante de ingeniería civil que ha dejado todo para exigir justicia. Sobreponiéndose a la tragedia familiar, Fiorella organiza marchas y remueve conciencias en la convulsionada región ancashina.

Ahora la propia Fiorella recibe amenazas de muerte y llegó a Lima para exigir apoyo a las autoridades, y que se ubique a los autores materiales e intelectuales de estos asesinatos políticos.

La voz de Fiorella Nolasco se está haciendo escuchar.

La protesta se hace en Chimbote y en Lima. No quiero que solamente se escuche, sino que hagan caso. Hay que exigir para que nos hagan caso. Por ejemplo, el señor Fredy Otárola -presidente del Congreso- me ha dado todo su respaldo y el ministro del Interior Walter Albán me ha llamado a Lima para que me den resguardo a mí y a mi familia.

¿Siguen las amenazas en su contra?

Recibí una llamada de amenaza en mi casa. Este es un número que no está inscrito en las páginas amarillas, porque cuando yo hice el contrato pedí que no aparezca en ninguna página ni en Internet. Porque ya habíamos sufrido en el anterior atentado, cuando murió mi hermano. Estando con mi padre en el hospital, recibíamos las llamadas. Por eso pedí ahora que no aparezca el número públicamente, por seguridad. Pero no sé cómo Telefónica puede brindar el número. Muchos lo han conseguido.

¿Qué tipo de seguridad tiene ahora?

Hasta ahora solo el coronel de la Policía de Chimbote me brinda seguridad, allá. Yo le dije que voy a viajar y no me iba a dar seguridad, pero finalmente envió a un policía conmigo. Pero con el ministro del Interior hemos hablado porque con uno no basta. No solamente estoy yo, sino está mi mamá y mis hermanas. La vida de cualquiera de nosotras corre peligro ahora.

¿Por qué crees eso?

Porque nos quieren callar. Porque estoy dispuesta a hacer que se haga justicia. Como sea, por los medios que tenga que recurrir, lo voy a hacer porque quiero justicia. No solo es por mi padre, sino también porque mataron a mi hermano y no se hizo nada, las investigaciones se fueron abajo. A pesar de que habían pruebas los culpables han salido, ¡solo se ha condenado a uno! Fotos: Tatiana Gamarra

Puedes leer la nota completa en la edición 153 de la revista