Hernando de Soto: "Gregorio Santos es un marxista agrario"

Mientras Gregorio Santos se proclama como la "nueva" Gran Transformación y busca firmas para un referéndum constitucional, Hernando de Soto y el Instituto Libertad y Democracia (ILD) proponen una legislación que haga a los presidente regionales responsables por no entorpecer las inversiones y al gobierno nacional por no reparar los daños ambientales de las actividades extractivas que autorice.

Correo: ¿De dónde nace la propuesta legislativa presentada esta semana por el ILD?

Hernando de Soto: Uno de los mayores retos provenientes del asunto Conga es la supuesta voluntad popular detrás de la oposición a Yanacocha. Pero por otro lado, la abrumadora mayoría de países en el mundo, con la excepción de Corea del Norte y Zimbabwe, apuestan por algún grado de economía de mercado. Por eso no entiendo a los que se oponen desde el saque a la posibilidad de consultarle a la gente. El tema por supuesto pasa por saber qué y a quién se consulta. Si la paralización de Conga afecta a toda la nación, es a ella a quien se debe consultar. Por eso hablamos de un referéndum y no de un plebiscito.

C: ¿Pero acaso el enfoque tradicional del ILD no es uno de derechos de propiedad?

HdS: La gente toma conocimiento de que un problema es de propiedad o de territorialidad cuando afecta intereses inmediatos. La pregunta aquí es si una autoridad que tiene una voz nacional pero carece de tal mandato puede decidir qué es lo que pasa en el Perú y no asumir responsabilidad por ello. Mire, en los casi veinte años trabajando fuera del Perú, hemos constatado el fenómeno del land grabbing, la adquisición a gran escala de tierras en países en desarrollo por capitales transnacionales, sea con propósitos agroindustriales o mineros. Algunos calculan preliminarmente que en África los chinos y europeos han comprado veinte veces la superficie de Holanda y en América Latina unas 80 millones de hectáreas. Esto obedece tanto a la pérdida de valor de muchos activos financieros del mundo desarrollado como al incremento del rendimiento en esta parte del mundo. Así, conflictos por inversiones mineras como los que vivimos actualmente en el Perú los podemos ver replicados en muchas partes del globo. En la selva de Bengala, en la India, se han instalado explotaciones de petróleo, gas, oro y uranio, y se han encontrado con gente que vive en pleno siglo X, y esto generó una cierta clientela para el maoísmo. Ahora la guerrilla maoísta de los naxalitas tiene uno 40,000 hombres armados. El enfrentamiento clasista que Santos promueve en Cajamarca, por el choque de la empresa extranjera con la poca formalización de la población local, no es pues patrimonio exclusivo del Perú. La historia ya no enseña cuál es el desenlace de este tipo de conflictos; por eso es necesario promover la toma de decisiones sobre qué se hace con el territorio. ¿No será que el Estado ha delegado responsabilidades en empresas que son parte del problema, desentendiéndose de sus deberes?

C: Usted afirma que Santos tiene un pensamiento coherente y un planteamiento ideológico definido.

HdS: Es un "marxista" agrario que propone mecanismos de retorno a una economía pre-industrial. Pero fíjese que cuando Marx planteaba la superación del capitalismo, no pretendía regresar atrás en el tiempo. En el fondo, la fuente de prosperidad de la minera es la misma que la del campesino. Proviene de la tierra, pero mientras los primeros tienen acceso a títulos que le dan seguridad, los segundos no, y eso es lo que genera la pobreza, no la falta de solidaridad o asociatividad.

C: Una de las propuestas contenidas en este proyecto de ley es crear una entidad descentralizada capaz de otorgar a los pobres los mismos derechos que las empresas mineras para utilizar su propiedad. ¿No estamos dando vueltas sobre los mismos planteamientos de los ochenta y El otro sendero?

HdS: El concepto es el mismo, pero hay dos problemas. COFOPRI, para efectos prácticos fue destrozado. COFOPRI fue diseñado por el ILD, pero se concentraron más en repartir papel que en cuidar la conversión del mismo en capital. Entonces, ya que estamos nuevamente en un punto de crisis, que siempre debe ser entendida como una oportunidad, por qué no aprovechar para hacer bien las cosas. Hay países que con asesoría nuestra ya han titulado el 100% de su territorio, mientras que aquí ni siquiera han podido aclarar la situación en Ica. Por eso un mérito de Santos ha sido denunciar la desigualdad; su problema es no entender o confundir la causa.

C: Otra propuesta es crear un Fondo de Garantía que cubra directa e inmediatamente los daños que la contaminación minera pueda causar. ¿Esto suena a promesa vacía cuando repasamos la historia de cumplimiento estatal del pago de indemnizaciones?

HdS: Al margen del aprovechamiento político del tema Conga y de tratar de presentar las cosas como la lucha del pequeño David contra Goliat; el argumento ecologista es real y válido. La implementación de medidas preventivas (ex ante) ha demostrado ser insuficiente. Son necesarias medidas ex post. Ello no significa que lo haga el Estado. Puede contratar a compañías de seguro para que la atención sea inmediata.

C: ¿Por qué ha criticado las mesas de diálogo?

HdS: Si el Perú fuera un país donde el Derecho funcionara, el propio sistema jurídico solucionaría los problemas. Cuando los problemas no se resuelven sino que se politizan al punto de que hay que negociar con la otra parte como si se tratara de un conflicto territorial entre Estados, es la anarquía. Significa la parcelación de la autoridad. Un tema comercial se ha convertido en una confrontación política.

C: ¿Por qué las autoridades deben asumir responsabilidad por la falta de oportunidades y el deterioro ambiental?

HdS: Porque para que haya igualdad de oportunidades es deber del Estado facilitar el acceso a los mismos mecanismos de generación de capital al que pueden acceder las empresas extractivas. Delegar a las mineras bajo el argumento de la "Responsabilidad Social Empresarial" crear las condiciones de igualdad, solo ha alimentado las contradicciones de las que habla el marxismo leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo. El papel de una empresa es generar utilidades dentro del marco legal establecido. La idea acá es que falta Estado. Una cosa que me sorprende es lo impopulares que son estas empresas aun en lugares donde la gente se da cuenta de que su calidad de vida ha subido enormemente por tenerlas de vecinas. Hay que redefinir funciones, pues de lo contrario estamos creando nuestras propias contradicciones.